Dirigentes vecinales de varias parroquias protestaron en pleno puente de Los Leones de El Paraíso, rechazando la decisión del Concejo Municipal de Libertador de cambiar los símbolos municipales de Caracas, la cual calificaron de inconsulta y un acto traición a la memoria histórica de la capital venezolana. Asimismo afirmaron que, aunque Carmen Meléndez intente borrar siglos de historia, el león y demás iconos, seguirán vivos en la mente y corazón de los caraqueños.
Carlos Julio Rojas, Coordinador del Frente en defensa del Norte de Caracas, explicó cómo el pasado jueves 17 de febrero, el Concejo Municipal de Libertador aprobó sin ningún tipo de consulta, conformar una comisión para cambiar los símbolos municipales de Caracas, siendo esta encabezada por la alcaldesa Carmen Meléndez, concejales del PSUV, e instituciones como el Archivo General de la Nación, o el Centro Nacional de Historia, los cuales son controlados ideológicamente por el régimen de Nicolás Maduro.
“Su nivel de descaro es tal que esta decisión la tomaron horas después de haber fallecido el gran Chelique Sarabia, quien compuso el himno de la ciudad”, indicó añadiendo además, la falta de equilibrio en el comité promotor de la reforma, donde quedaron excluidos por ejemplo la Academia Nacional de la Historia, o la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela.
Rojas recordó que este no es el primer intento de cambiar los símbolos históricos de la capital por parte del chavismo, durante las gestiones de Jorge Rodríguez y Erika Farías colocaron una estrella roja como emblema de la Alcaldía de Libertador y quitaron la estatua del león ubicada en El Valle, sustituyéndola por la india Apacuana. “Incluso Nahúm Fernández cuando era presidente del Concejo Municipal promovió un anteproyecto de reforma de los símbolos municipales en 2017, el cual incluía colocar los ojos de Chávez dentro del escudo de armas”.
Concluyó declarando que aunque a través de la imposición la dictadura madurista cambie los símbolos municipales el caraqueño seguirá manteniendo vivos sus emblemas histórico-culturales, destacando cómo el león no sólo está presente en el equipo de béisbol de la capital, sino en el corazón del caraqueño. “La mejor muestra de rebeldía es que seguimos llamando al Ávila por su nombre original y no Waraira Repano, o la Autopista sigue siendo Francisco Fajardo y no Cacique Guaicaipuro. La memoria histórica no se impone sino se internaliza en la mente y sentimientos del pueblo”.