Térida Guanipa, especialista en derechos humanos y trabaja en el Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados de Brasil, aseguró que la entrada de migrantes venezolanos a Brasil va en aumento desde 2018 y sobrepasó la cifra en el 2023.
«Solamente en el primer semestre del año las autoridades brasileñas reportaron que, en el primer semestre de 2023, el flujo de migrantes venezolanos hacia Brasil superó el histórico del año pasado. En el caso de la población indígena venezolana que migró a territorio brasileño, la mayoría pertenece al pueblo warao originario del estado Delta Amacuro», indicó Guanipa durante el conversatorio Mitos y Realidades de la Migración Venezolana: caso Brasil, realizado en la sede de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), extensión Guayana, publica El Ucabista en su site en Internet.
Sobre la población indígena venezolana que migró al país vecino, en su mayoría del pueblo warao de Delta Amacuro, Guanipa estimó que son más de 1000 personas. «Esta población no solamente se quedó en los abrigos de la Operación Acogida, que se activó en 2018, sino que ha pasado también por los trámites migratorios para optar a un estatus de refugiado u obtener la residencia», indicó.
«A pesar de las condiciones en que migran los venezolanos y que algunos no logran cubrir sus expectativas, Guanipa sostuvo que Brasil ve más humanamente a la persona migrante. Y en ese sentido, hago énfasis en las atenciones y oportunidades o beneficios que desde el gobierno brasileño se ha dado a los venezolanos. Entre ellos, servicios gratuitos de salud y educación, así como optar a la residencia», dijo.
«Es importante que la migración sea informada. no podemos perder nuestra humanidad. Hay que tratar de hacerlo de la mejor manera y no someterse a la vulnerabilidad”, afirmó Guanipa, quien reiteró que “Brasil está respondiendo de una manera bastante humana», agregó.
Por su parte, la coordinadora de la Oficina del Centro de Derechos Humanos de la UCAB Guayana, Eumelis Moya, se refirió a los riesgos a los que se exponen los venezolanos que migran en condiciones atípicas, como transitar por trochas en los municipios del sur de Bolívar.
«Esta realidad se vio con mayor frecuencia durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19. De acuerdo con Moya, alrededor de 700 personas cruzaban diariamente por trochas y llegaban hasta Pacaraima, en Brasil», aseveró.
Destacó que «posterior a la pandemia se desbordó la situación. En la Operación Acogida, de una capacidad instalada para atender a 1.500 personas, hubo momentos en que más de 3 mil venezolanos estaban a la espera por ser atendidos, y otros 4 mil por cumplir su proceso de estadía».
«En ese contexto migratorio, expuso sobre los riesgos para mujeres y menores de edad, sometidos a trata de personas y abusos sexuales. Una situación de la que, además, son conscientes al momento en que deciden migrar en estas condiciones y que victimarios aprovechan», sentenció.
Moya y Guanipa concluyeron que «las políticas públicas migratorias ayudan a entender el porqué del aumento del flujo hacia Brasil, donde los venezolanos -con sus excepciones- tienen opciones de regularizar su estadía y acceder a los servicios de este país».