Tres semanas de continuas manifestaciones y bloqueos de carreteras para protestar por los altos costos de combustibles y alimentos en Panamá han comenzado a provocar escasez de algunos productos alimenticios, combustibles y medicamentos.
Los cierres, incluido el de la Carretera Panamericana, han obligado a la empresa eléctrica nacional a racionar la electricidad en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia. Los camiones cisterna que transportan gas para hacer funcionar la planta de generación de energía no pueden llegar. Unas 7.000 familias se han visto afectadas por la reducción del servicio eléctrico a 11 horas diarias.
En el principal mercado mayorista de Panamá que abastece tanto a los supermercados como a los consumidores individuales, hubo poco tráfico peatonal el miércoles. Las mesas de exhibición generalmente repletas de productos tenían mucho menos que ofrecer. Algunas verduras como la lechuga y los tomates, en particular, escaseaban.
La provincia de Chiriquí es el principal proveedor de productos agrícolas de Panamá. Los indígenas Ngobe-Buglé que viven allí han bloqueado importantes tramos de la Carretera Panamericana, deteniendo camiones que intentan llevar productos agrícolas a la capital. Los bloqueos también están afectando los envíos provenientes de otras partes de Centroamérica.
Los grupos que representan a los productores agrícolas han dicho que las protestas han causado pérdidas por más de 130 millones de dólares hasta el momento.
Desde hace tres semanas, Panamá enfrenta las mayores protestas sociales en décadas, cuyo catalizador fue el creciente aumento de los precios de los combustibles y de los alimentos.