Tres días después de los violentos incidentes en el Congreso de los EEUU, el actor y ex gobernador republicano de California, Arnold Schwarzenegger, recurrió a su cuenta de Instagram para dar un mensaje a los norteamericanos.
My message to my fellow Americans and friends around the world following this week's attack on the Capitol. pic.twitter.com/blOy35LWJ5
— Arnold (@Schwarzenegger) January 10, 2021
Vía Infobae
Emocionado pero con tono firme, Schwarzenegger publicó un video de casi 8 minutos en el que analiza la situación desde su experiencia personal, como un niño austriaco que vivió los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y atestiguó en carne propia las consecuencias de convivir con hombres que lidiaban con la culpa de haber participado del nazismo. “No todos eran antisemitas o nazis, muchos solo se dejaron llevar por el camino. Eran gente del barrio”, aseguró, comparando a la turba que irrumpió en el Capitolio con quienes colaboraron con Hitler y su maquinaria del horror.
“Como inmigrante a este país me gustaría decir unas palabras a mis compatriotas y a nuestros amigos de todo el mundo sobre los acontecimientos de los últimos días. Crecí en Austria y soy muy consciente de la Kristallnacht, o la Noche de los Cristales Rotos. Fue una noche de ira contra los judíos llevada a cabo en 1938, por el equivalente nazi de los Proud Boys”, comenzó diciendo el actor. Y agregó: “El miércoles fue el día de los Cristales Rotos aquí mismo en los Estados Unidos. Los vidrios rotos estaban en las ventanas del Capitolio de los Estados Unidos”.
Para Arnold Schwarzenegger, la turba no sólo rompió las ventanas del Capitolio, rompió ideales. “No sólo derribaron las puertas del edificio que albergaba la democracia americana, sino que pisotearon los mismos principios sobre los que se fundó nuestro país”.
El actor contó su experiencia personal tras la Segunda Guerra Mundial y la comparó con las consecuencias que podrían sufrir los norteamericanos si no reaccionan a tiempo. “Crecí en las ruinas de un país que sufría la falta de democracia. Nací en 1947, dos años después de la Segunda Guerra Mundial y de niño estaba rodeado de hombres colapsados que bebían su culpa por su participación en el régimen más malvado de la historia”.
Y reveló: “Nunca he compartido esto tan públicamente porque es un recuerdo doloroso, pero mi padre venía a casa borracho una o dos veces por semana, y gritaba y nos golpeaba y asustaba a mi madre. No lo culpé porque nuestro vecino le hacía lo mismo a su familia y también el vecino de al lado… Lo escuché con mis propios oídos y lo vi con mis propios ojos”.