El pleno de la Cámara de Diputados de Brasil negó este martes por mayoría la propuesta apadrinada por el presidente Jair Bolsonaro para cambiar el sistema de voto electrónico, a raíz de la cual se ha desatado un grave conflicto institucional.
Por Infobae
Con 229 votos a favor, de los 308 necesarios, 218 en contra y 1 abstención, los diputados brasileños rechazaron incluir una enmienda en la Constitución para adoptar un sistema mixto de votación en las elecciones con urnas electrónicas y papeletas, como exigía el mandatario ultraderechista.
Bolsonaro amenazó con no reconocer el resultado de las elecciones presidenciales de 2022, si no se adoptaba como complemento el voto impreso, pues está convencido de que las urnas electrónicas, vigentes en el país desde 1996, fomentan “fraudes”, aunque no ha aportado prueba alguna al respecto.
La decisión de la Cámara Baja es una dura derrota para el presidente y archiva por completo la iniciativa, que necesitaba el respaldo de al menos tres quintas partes del pleno (308 de los 513 diputados) para pasar a trámite en el Senado.
“El resultado no alcanzó el quórum para su aprobación, será archivado y ese asunto está este año cerrado. No hay tiempo ni espacio para iniciar nueva discusión”, afirmó al término de la sesión el presidente de la Cámara, Arthur Lira.
Lira recordó que los parlamentarios fueron elegidos con el voto electrónico, ahora cuestionado por Bolsonaro, y recalcó que el presidente brasileño se comprometió a reconocer el resultado.
“La urna electrónica es auditable, fraude es el voto impreso”, sentenció el diputado Elvino José Bohn Gass, del progresista Partido de los Trabajadores (PT), contrario a la medida y quien pidió centrarse en combatir la crisis económica y sanitaria provocada por el Covid-19.
El sistema electrónico de votación, elogiado en diversas ocasiones por diversos observadores internacionales, funciona en Brasil desde 1996 y no ha sido objeto de sospechas desde entonces.