Un tribunal de Nueva York, Estados Unidos, condenó a cadena perpetua por narcotráfico a Tony Hernández, hermano del actual presidente de Honduras Juan Orlando Hernández.
Por INFOBAE
El ex diputado del país centroamericano había sido hallado culpable en 2019 de los cuatro delitos de los que fue acusado, entre ellos tráfico de cocaína -más de 185 toneladas- falso testimonio y posesión de armas de fuego. En la sentencia, el juez P. Kevin Castel dijo este martes que la condena era “ampliamente merecida”.
Los fiscales, en tanto, habían solicitado que se le impusiera esa pena enfatizando en que Hernández “no había mostrado remordimiento” y fue una “figura central en una de las conspiraciones para traficar cocaína más grandes y violentas del mundo”. Su defensa había pedido la sentencia obligatoria mínima de 40 años.
El juicio tuvo un alto perfil mediático especialmente por las repetidas menciones al mandatario hondureño, quien no obstante siempre negó las acusaciones.
El presidente Hernández y la Casa Presidencial de Honduras han usado Twitter para desmentir las acusaciones una y otra vez y llevaron a cabo una rueda de prensa la semana pasada. Previo a la lectura de la sentencia, Hernández anticipó que esta sería “dolorosa” y reiteró que las acusaciones son mentiras por parte de narcotraficantes y asesinos que quieren reducir sus sentencias. Hernández no enfrenta cargos, pero ha sido calificado como “co-conspirador” en el caso de su hermano.
Las investigaciones
Tony Hernández operaba “con total impunidad” gracias a la protección de su hermano y contribuyó a la “putrefacción” de las instituciones de Honduras, dijo asimismo la acusación durante el juicio.
El gobernante asegura tener en su poder transcripciones de grabaciones hechas por la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos en 2013, donde narcotraficantes que hoy lo acusan aseguraban que no podían negociar con él.
Sin embargo, las alegaciones volvieron a aflorar en otro proceso de la misma naturaleza contra el narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez, a quienes los fiscales describieron como socio de Juan Orlando Hernández. El 22 de marzo, un jurado decidió por unanimidad declararlo culpable de los dos delitos de narcotráfico y un delito de posesión de armas de fuego de los que era acusado.
Los tres personajes, no obstante, fueron vinculados en los dos procesos judiciales. La fiscal del distrito sur de Manhattan, Audrey Strauss, aseguró en un comunicado que Juan Orlando Hernández dio instrucciones a Fuentes Ramírez para que se reportara directamente a su hermano.
Pero es en este último proceso donde la descripción de las conductas de Hernández va más allá: pasa de ser un receptor de sobornos -un testigo dijo que vio como en 2013 Fuentes Ramírez le entregó USD 25.000 al actual mandatario a cambio de protección- para incorporarlo como parte activa de la operación.
Documentos legales indican que ambos se asociaron para para producir cocaína en un laboratorio instalado en Cerro Negro, Honduras, y para traficar drogas a Estados Unidos. El testigo, un contador que lavaba dinero de la droga y que fue presentado bajo una identidad falsa por motivos de seguridad, contó al jurado que en esa reunión con Fuentes el presidente dijo: “Seremos intocables (…) Le vamos a meter la droga a los gringos en sus propias narices y no se van a dar ni cuenta”.
Los Cachiros, el cartel hondureño
El exlíder del cartel hondureño Los Cachiros, Leonel Rivera, que confiesa haber matado u ordenado la muerte de 78 personas y cooperó también con fiscalía, testificó por su lado que pagó a Juan Orlando Hernández un soborno de 250.000 dólares a cambio de protección. Y en el juicio contra su hermano, los fiscales aseguraron que también recibió decenas de millones de otros narcotraficantes, incluyendo un millón de dólares por parte de Joaquín “El Chapo” Guzmán, entonces líder del cártel de Sinaloa.
Según reveló una investigación del sitio especializado Insight Crime, la familia usó los fondos provenientes de esas actividades -así como de actos de corrupción dentro del gobierno, entre ellos el desvío de fondos públicos- para financiar las campañas políticas que llevaron a Hernández la presidencia en 2014.
Durante el juicio de Geovanny Fuentes, los fiscales estadounidenses aseguraron que todos los presidentes de Honduras desde 2006 han recibido sobornos de narcos a cambio de protección y de la promesa de no ser extraditados.
Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio “Pepe” Lobo (2010-2014) -del Partido Nacional, el mismo de los Hernández- fue condenado a 24 años de cárcel en Nueva York en 2017 por ayudar a traficar 1,4 toneladas de cocaína a Estados Unidos.