La situación de Nicaragua, oprimida por la dictadura de Daniel Ortega, y de Ucrania, que sufre la guerra de Vladimir Putin, estuvieron presentes en el mensaje del papa Francisco este Domingo de Resurrección
Convencido de que se está librando una «Tercera Guerra Mundial» fragmentada, hizo un repaso a los conflictos que asolan el mundo y en el que Nicaragua ocupó la única mención a Latinoamérica.
El pontífice pidió por las «comunidades cristianas que celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua».
Como el año pasado, volvió a rogar por el fin de la guerra en Ucrania una semana después de pedir una «tregua pascual» en su discurso del Domingo de Ramos, algo que no se logró. En su bendición Urbi et Orbi, Francisco pidió «ayuda al amado pueblo ucraniano» y «luz» sobre el pueblo ruso.
«Ayuda al amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso. Consuela a los heridos y a los que han perdido a sus seres queridos en la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias», dijo esta vez.
Además, Francisco se mostró «preocupado» por el recrudecimiento de la violencia entre Israel y Palestina y la guerra civil en Siria.
«En este día te confiamos, Señor, la ciudad de Jerusalén, primer testigo de tu Resurrección. Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región«, indicó.
«Abre los corazones de toda la comunidad internacional para trabajar por el fin de esta guerra y de todos los conflictos que tiñen de sangre el mundo, comenzando por Siria, que aún espera la paz», indicó el pontífice ante unos 100.000 fieles congregados alrededor de la plaza San Pedro, donde también oró por los refugiados y quienes sufren pobreza en el mundo.
«Consuela a los refugiados, deportados, presos políticos e inmigrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos los que sufren hambre, pobreza y los efectos nocivos del narcotráfico, la trata de seres humanos y todas las formas de esclavitud», suplicó antes de concede la indulgencia plenaria a los presentes.