La economía de Estados Unidos creció un 1,7% en los últimos tres meses de 2021, según anunció el jueves el Departamento de Comercio.
La cifra, ajustada a la inflación, refleja el crecimiento del producto interior bruto, la medida más amplia de los bienes y servicios producidos. Sobre una base anualizada, el aumento del trimestre fue del 6,9%.
Para todo el año, la expansión económica fue del 5,7%, la mayor desde 1984, que también refleja la profundidad del daño infligido por el coronavirus el año anterior.
Tras la publicación de estos datos, los principales índices de Wall Street subían minutos después de la apertura de este jueves. A las 14.35 GMT, el Nasdaq crecía 2,38%, el Dow Jones 0,82% y el S&P 500 subía 0,89%.
Además, el consumo de los hogares, que representan casi las tres cuartas partes de la economía estadounidense, aumentó 7,9 % el año pasado.
El fuerte crecimiento del cuarto trimestre fue impulsado en parte por el gasto de los consumidores, que “reflejó principalmente un aumento de los servicios, encabezados por la atención sanitaria, el ocio y el transporte”, informó el Departamento de Comercio. La inversión privada también fue un factor importante.
El gasto de los consumidores y la inversión privada se reactivaron rápidamente como resultado de los avances en la campaña de vacunación, las condiciones de crédito barato y las rondas adicionales de ayuda federal a los hogares y las empresas.
Apretada por la inflación y por el COVID-19, se espera que la economía estadounidense se ralentice este año. Los expertos han rebajado sus previsiones para el actual trimestre de enero-marzo, reflejando el impacto de la variante Ómicron. Para todo el año 2022, el Fondo Monetario Internacional ha previsto que el crecimiento del PIB del país se ralentice hasta el 4%.
Por otro lado, la Reserva Federal señaló el miércoles que planea comenzar a subir su tasa de interés de referencia tan pronto como en marzo, un paso clave para revertir sus políticas de bajas tasas de la era de la pandemia que han impulsado la contratación y el crecimiento, pero también la inflación.
El banco central estadounidense también decidió seguir con la reducción del ritmo mensual de compra de bonos, y planea eliminarlo por completo a principios de marzo.
En su comunicado al término de su reunión de dos días, la institución que preside Jerome Powell indicó que a partir de febrero pasará a comprar únicamente bonos por valor de 30.000 millones de dólares, tras haber ido reduciendo paulatinamente esta cifra desde los 120.000 millones mensuales.
La Fed destacó que la creación de empleo durante los últimos meses ha sido “sólida” y que el desempleo ha bajado “sustancialmente”, pero que la inflación sigue elevada a causa de “desequilibrios entre la oferta y la demanda relacionados con la pandemia y la reapertura de la economía”.