La Defensa Civil siria, conocidos como los cascos blancos, llegaron este lunes a la infame prisión de Sednaya, el principal centro de torturas de la derrocada dictadura de Bashar Al Assad, para rescatar a presos políticos que están encarcelados en «celdas subterráneas ocultas».
Al menos dos equipos llegaron esta madrugada a la prisión, al norte de la capital siria, mientras que otros tres se les han ido uniendo «acompañados por un guía familiarizado con la disposición de la prisión. Se espera que el resto de los equipos lleguen gradualmente, retrasados por las difíciles condiciones de seguridad en las carreteras y la grave congestión del tráfico», dijeron los rescatistas que operaban fuera del control de Damasco.
Los cascos blancos han comenzado la misión en la cárcel, también para «investigar celdas subterráneas ocultas, en las que al parecer se encuentran detenidos según los supervivientes».
«Los equipos están formados por unidades de búsqueda y rescate, especialistas en abrir muros, equipos de apertura de puertas de hierro, unidades caninas adiestradas y personal sanitario«, aseveró.
El jefe de los cascos blancos, Raed al Saleh, dijo en su cuenta oficial de X que ya han abierto «varias zonas del interior de la prisión, incluida la cocina y el horno», pero hasta ahora no han «encontrado nada».
«Estamos trabajando con toda nuestra energía para alcanzar una nueva esperanza, y debemos estar preparados para lo peor», aseveró.
La prisión militar de Sednaya está situada a 30 kilómetros al norte de Damasco, que estaba gestionada por la Policía Militar de la dictadura de Al Assad
Según un informe publicado por Amnistía Internacional, entre 5.000 y 13.000 personas fueron ahorcadas en esta prisión entre 2011 y 2015. La mayoría eran opositores civiles al régimen: manifestantes, disidentes, activistas de derechos humanos, periodistas, personal de ayuda humanitaria y estudiantes.
Con información de EFE