El representante de Argentina en la XXIX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, el embajador Eduardo Acevedo, cuestionó este viernes que en las discusiones no se hayan abordado asuntos relacionados con la situación interna en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
«En este preciso momento, seis ciudadanos venezolanos se encuentran en la Embajada argentina en Caracas, rehenes de un régimen corrupto, que decide ignorar todas las normas del derecho internacional y que no otorga los salvoconductos correspondientes a la institución del asilo», dijo a su turno en la intervención en el plenario de la Cumbre.
«Se trata del mismo régimen que hace tiempo ha dejado de respetar su propio Estado de derecho», añadió.
«¿Cómo es posible que hagamos silencio ante esta grave situación? ¿Cómo es posible que nos sentemos en la misma mesa debatiendo calendarios y declaraciones sin hacer mención al cerco que se continúa cerrando en Nicaragua sobre la prensa independiente, a la privación de nacionalidad a opositores políticos y la persecución a organizaciones de la sociedad civil?», se preguntó.
El diplomático también cuestionó sobre qué acciones está tomando la comunidad iberoamericana «contra las graves violaciones a los derechos humanos en Cuba, que continúan luego de más de medio siglo de gobiernos autoritarios y represivos».
«Nuestra posición es muy clara: Cuba debe restablecer la democracia y respetar los derechos humanos y las libertades individuales. Es fundamental que no impulse políticas totalitarias en la región y que se enfoque en mejorar la calidad de vida de su población a través de respeto a la libertad y en brindar bienestar a todos sus ciudadanos», expuso.
La Cumbre Iberoamericana concluyó sin una declaración oficial por falta de consenso, ante la negativa de Argentina de suscribir una serie de acuerdos en torno a acciones para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y avanzar en la Agenda 2030 en materia de género y lucha contra el cambio climático, mientras Cuba se opuso a que Argentina retirara de la declaración la condena al embargo económico al que le somete Estados Unidos.
Al respecto, Acevedo agregó que gobernar es priorizar y las prioridades de la región «no se encuentran en la ejecución de agendas supranacionales de dudosa legitimidad; la autoridad central e insustituible de nuestros países es la de preservar la democracia, la seguridad, la paz, la libertad y la integridad territorial».
«Es la hora de volver a los orígenes garantizando la plena vigencia de los derechos individuales de todas las personas, sin distinciones de ningún tipo», apuntó antes de agregar que creen en «la importancia del sistema iberoamericano, en su compromiso con estos valores y prioridades y, es por eso, que sostenemos que es necesario abordar estos temas fundamentales».
Argentina «tiene una histórica y activa participación en los programas y proyectos de la conferencia, y está dispuesta a seguir participando bajo los principios de eficiencia y transparencia, dentro de las capacidades y las posibilidades del país», dijo.
El delegado argentino señaló que su país se esfuerza por sostener su equilibrio fiscal por lo cual «procurará sostener el mismo criterio en su acción internacional» y propuso una agenda «que quite de los hombros de sus ciudadanos el peso de las burocracias y no les imponga restricciones, para así poder desplegar la energía y el espíritu emprendedor» de las sociedades, que es lo que llevará al crecimiento y a una mejor calidad de vida.
Las declaraciones del diplomático provocaron la reacción del representante cubano, Rodolfo Suárez, quien acusó al Ejecutivo de Javier Milei de «venir a reventar la Cumbre».
El representante cubano acusó a Argentina de pretender hacer fracasar la cumbre al negar el cambio climático y los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, pero advirtió que fracasó en ese propósito al quedar aislada de una declaración que han firmado el resto de participantes, menos el Gobierno del ultraderechista Milei.