El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, pidió este martes a través de un comunicado al Gobierno de Irán que «escuche las quejas de su pueblo y emprenda las reformas necesarias para garantizar el respeto a la diversidad de opiniones» en el país.
Por otro lado, la portavoz de la oficina del alto comisionado, Ravina Shamdasani, confirmó la disposición de Türk a realizar una visita oficial a Teherán y a reunirse con el líder supremo Alí Jamenei para abordar la actual crisis humanitaria que atraviesa el país.
En este sentido, el alto comisionado se reunirá «muy pronto» con las autoridades diplomáticas iraníes en Ginebra, confirmó Shamdasani.
En el comunicado, Türk pidió a las autoridades iraníes que impongan una moratoria inmediata sobre la pena de muerte y detengan todas las ejecuciones.
En el último mes, la represión de las protestas que comenzaron en septiembre tras el asesinato de la joven Mahsa Amini se ha agudizado y han sido ejecutados cuatro manifestantes, tras procedimientos penales que el alto comisionado considera que no cumplen las garantías mínimas de un juicio justo.
Según el alto comisionado, las acusaciones de «moharebeh» (librar una guerra contra Dios) y «efsad-e fel arz» (corrupción en la tierra) distan mucho de ser «delitos muy graves», como exige el derecho internacional de los derechos humanos para los casos de pena de muerte.
Actualmente, 17 personas están condenadas a muerte en Irán y al menos otro centenar de ellas se enfrenta a estos cargos por delitos similares a los que se les imputaron a los ya ejecutados.
Según el alto comisionado, en los próximos días podrían tener lugar dos nuevas ejecuciones: las de los jóvenes Mohammad Boroughani y Mohammad Ghobadlou, de 19 y 22 años respectivamente.
Los iraníes han recibido con indignación estas ejecuciones y el pasado sábado se celebraron numerosas manifestaciones en 160 ciudades de todo el país, donde entre 3.000 y 4.000 personas marcharon contra la pena de muerte, de acuerdo a la oficina del alto comisionado.
Desde septiembre, las cifras de detenidos y muertos no han hecho más que aumentar, y según observadores al menos 481 personas habrían muerto a causa de la represión, aunque el Gobierno de Irán sitúa la cifra por debajo de las 300.
EFE