El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, nuevamente defendió a los funcionarios de la Guardia Costera que mataron al bebé venezolano de menos de un año de nacido cuando dispararon en contra de un bote con más de 30 migrantes.
Rowley calificó la acción del oficial que disparó como «legal y apropiada» y rechazó que se le califique como asesino.
«No sé qué oficial apretó el gatillo. Pero sé que ese oficial sentiría el dolor de saber que el resultado de esa acción, esa acción legal, esa acción apropiada para defender a Trinidad y Tobago, resultó en la muerte de ese niño y en ser llamado asesino. Lo rechazo, lo rechazo, y lo rechazo«, expresó el mandatario en declaraciones ante los medios de comunicación.