El régimen cubano comete violaciones sistemáticas de derechos humanos contra artistas y periodistas independientes, señaló este miércoles Human Rights Watch (HRW).
La organización denunció que, en los últimos meses, las autoridades cubanas han encarcelado e investigado penalmente a varios artistas y periodistas que critican al gobierno. En otros casos, policías y agentes de inteligencia se han presentado regularmente en sus viviendas y les han ordenado quedarse adentro, a menudo por días o incluso semanas. Las autoridades también han restringido de forma temporal y selectiva el acceso de estos artistas y periodistas a datos móviles en sus teléfonos para limitar su acceso a internet.
“Cantar una canción que no le agrada al gobierno o reportar las noticias de forma independiente son motivos suficientes para terminar preso en Cuba”, explicó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “Estos abusos no son incidentes aislados; más bien, parecen formar parte de un plan para silenciar de manera selectiva a voces críticas”.
Entre febrero y junio, Human Rights Watch entrevistó por teléfono a 29 periodistas y artistas que han sufrido acoso y violaciones de derechos humanos en los últimos meses. Realizamos múltiples entrevistas con muchos de ellos a medida que se enfrentaban a nuevos casos de abuso. Human Rights Watch también examinó decisiones judiciales, publicaciones de organizaciones de derechos humanos e informes de prensa, y corroboró videos publicados en redes sociales.
La mayoría de los artistas y periodistas que sufrieron estas violaciones de derechos humanos pertenecen al “Movimiento San Isidro”, una coalición de cantantes, pintores y otros artistas, y a la organización de artistas y periodistas “27N”, que se formó tras una protesta emblemática contra la censura y la represión que tuvo lugar el 27 de noviembre de 2020 en La Habana. Entre las víctimas también hay personas que han interpretado o promovido “Patria y vida”, una canción de un grupo de artistas cubanos de La Habana y Miami que reformula el viejo eslogan del gobierno cubano, “Patria o muerte”, y critica la represión en el país.
Entre los funcionarios implicados en los abusos hay miembros de los servicios de inteligencia, conocidos en Cuba como “seguridad del Estado”, y de la Policía Nacional, según los testimonios de testigos y víctimas, así como fotografías y videos obtenidos por Human Rights Watch.
Es habitual que agentes de inteligencia operen de civil en Cuba, pero en ocasiones se identifican como tales ante los detenidos, ya sea de forma verbal o mostrando sus credenciales. Muchos críticos del gobierno señalaron que generalmente los detienen y vigilan las mismas personas, lo cual les permite concluir que se trata de agentes de la seguridad del Estado.
Muchos de los artistas y periodistas también han sido estigmatizados con acusaciones falsas en la televisión nacional. En los últimos meses, presentadores del principal programa de noticias cubano –que pertenece a un canal estatal y se transmite simultáneamente en el horario de máxima audiencia en la mayoría de canales de televisión en Cuba– han acusado falsamente a algunos de los artistas y periodistas de “conspirar” contra Cuba y participar en “delincuencia”.
Los abusos documentados por Human Rights Watch, cometidos por policías y agentes de seguridad del Estado al menos desde la protesta del 27 de noviembre, y muchas veces contra las mismas víctimas, siguen patrones consistentes y reiterados. Estos patrones sugieren fuertemente que existe un plan por parte de las autoridades cubanas para reprimir selectivamente a artistas y periodistas independientes, señaló Human Rights Watch. Las restricciones específicas y selectivas al acceso a datos móviles de internet, así como las instancias reiteradas de estigmatización de artistas y periodistas en la televisión pública, son otra prueba del carácter sistemático de estas violaciones de derechos humanos.
Muchos periodistas y artistas también fueron víctimas de detenciones arbitrarias, a menudo por intentar salir de sus casas mientras enfrentaban restricciones a la circulación.