La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó este jueves las detenciones arbitrarias de niñas, niños y adolescentes en Venezuela en el contexto poselectoral, así como las violaciones a su presunción de inocencia y garantías judiciales.
«El Estado venezolano debe garantizar el derecho de la niñez y adolescencia a participar en protestas sociales y en asuntos que sean de su interés», reclamó la CIDH.
Luego de las elecciones presidenciales en Venezuela, al menos 152 niñas, niños y adolescentes fueron detenidos arbitrariamente, según registros de la ONG Foro Penal. Al 6 de septiembre, sólo 86 de estos menores de edad habían sido puestos en libertad.
En su mayoría, las niñas, niños y adolescentes fueron detenidos masivamente mientras se manifestaban por la falta de transparencia en la difusión de los resultados electorales. Tras su arresto se cometieron violaciones a su presunción de inocencia, garantías judiciales y condiciones de detención.
«Estas niñas, niños y adolescentes fueron precalificados por autoridades como terroristas y privadas de libertad en las mismas celdas que personas adultas y en algunos casos sin separación por género. Aunado a ello, a todas estas personas se les impuso un defensor público oficial, negándoles la posibilidad de contar con defensa de confianza, y varias de ellas fueron presentadas de manera virtual ante tribunales en materia de terrorismo, sin la presencia de sus familiares o acudientes», denunció la CIDH.
Ante esto, la Comisión expresó «especial preocupación por algunas denuncias de tratos crueles, inhumanos y degradantes. Tal es el caso de una adolescente embarazada, que fue sujeta a violencia de género mientras se encontraba bajo custodia del Estado. Agentes le insinuaron que la harían abortar para no tener hijos terroristas. Asimismo, fue obligada a realizar ejercicios físicos y a ponerse en posiciones incómodas y humillantes. También se tiene registro del caso de un niño dentro del espectro autista que sigue privado de libertad sin ver a su familia ni recibir atención médica. Otro caso de particular preocupación es el de un niño que denuncia que recibió golpes durante la detención, y que, como consecuencia de estos, sufre una parálisis facial», denunció la CIDH.
La Comisión Interamericana reiteró que el derecho de las niñas, niños y adolescentes a participar en los asuntos que les afecta puede ser ejercido de manera colectiva, lo que implica el derecho de ser escuchados como grupo y participar de la vida pública. En este sentido, existe un deber del Estado de especial de protección para asegurar espacios seguros para su participación efectiva. Al mismo tiempo, recordó la obligación de los Estados de adoptar medidas efectivas para para proteger la vida e integridad personal de las personas privadas de libertad.
Para ello, se exige la separación por categorías en los centros de detención, especialmente por edad y género; garantizar condiciones de detención compatibles con la dignidad y el trato humanos, como el deber de proporcionar servicios de salud oportunos, adecuados y especializados; y la prohibición absoluta de toda forma de tratos crueles, inhumanos o degradantes.
«La Comisión Interamericana condena la persecución política en Venezuela y sus impactos en niñas, niños y adolescentes que ejercen su derecho a manifestarse y participar de las protestas sociales. Destaca el derecho de las niñas, niños y adolescentes a una protección especial y reforzada, a no ser privados de su libertad con adultos, ni ser expuestos a situaciones de violencia o separación arbitraria de sus familias», subrayó
Finalmente, la CIDH reiteró que «en Venezuela no existe separación ni independencia de los poderes públicos, lo que se evidencia en la falta de control judicial efectivo sobre las detenciones arbitrarias y las condiciones de detención. Es urgente que el Estado venezolano adopte medidas para reestablecer un orden democrático comprometido con prevenir, investigar, juzgar y sancionar estas violaciones de derechos humanos».