El fuerte incremento de contagios y de fallecidos por Covid-19 en Portugal desde finales de diciembre ha provocado que el Gobierno decretara el confinamiento del país a partir de este viernes y durante un mes. Los portugueses tendrán «el deber de recogimiento domiciliario», aunque las escuelas estarán abiertas.
Los vecinos lusos sólo podrán salir de casa para trabajar, acudir al centro educativo, ir al médico, hacer la compra, asistir a ancianos o dependientes, hacer deporte al aire libre individualmente o pasear en la zona de residencia.
El teletrabajo es obligatorio siempre que sea posible y se han endurecido las multas para garantizar que las empresas lo cumplan.
El Gobierno de António Costa tomó esta decisión tras la semana más complicada desde que comenzó la pandemia. En los últimos siete días se han registrado un total de 912 fallecidos y 61.299 positivos.
Esta situación causó que los hospitales se encuentren en una situación bastante complicada debido al aumento exponencial de ingresos.
EFE