Estados Unidos denunció este jueves que Venezuela continúa siendo un entorno permisivo para los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los simpatizantes de Hezbollah.
El informe publicado por el Departamento de Estado sobre terrorismo de 2020, publicado este jueves, alertó que «algunos miembros del régimen de Nicolás Maduro y las fuerzas armadas mantuvieron vínculos financieros con disidentes de las FARC, el ELN y grupos paramilitares».
En noviembre de 2020, «la Asamblea Nacional legítima aprobó una resolución que declaraba a la Fuerza de Acción Especial del régimen como una organización terrorista por su papel en las ejecuciones extrajudiciales» dentro del país.
Además los diputados advirtieron que «el régimen perdió el control de las fronteras y el territorio de Venezuela» por lo que podría convertirse en un «estado fallido», luego de que «el ELN continuó su expansión en la frontera colombo-venezolana, consolidando su presencia en 12 de los 23 estados del país, según medios locales e internacionales.»
El reporte destacó que en marzo de este año los medios informaron que «19 personas murieron en un tiroteo entre las Fuerzas Armadas y el grupo disidente de las FARC en el estado Apure», suceso que fue negado el régimen.