El nuncio apostólico, monseñor Aldo Giordano, se despidió este miércoles de Venezuela, tras haber sido transferido por el papa Francisco como representante del Vaticano ante la Unión Europea, en Bruselas.
En un acto en el palacio de Miraflores, Giordano aseguró que durante los siete años que se desempeñó como nuncio en Venezuela intentó «servir a la paz, a la reconciliación, al diálogo».
«La diplomacia es servir a la paz», afirmó el prelado, quien rechazó se condecorado por Nicolás Maduro.
«Yo he pedido, en nombre del papa, renunciar a esta condecoración porque el papa Francisco nos dice que venimos a servir, no a buscar algo de honor», explicó.
Equilibrio y seriedad
Maduro, por su parte, recordó que Giordano llegó al país en 2014, cuando se instalaba una mesa de diálogo entre el régimen y la oposición venezolana.
«Todos encontraron en el nuncio a un hombre que sabe escuchar, que respeta la opinión ajena, y que ha sido un factor de equilibrio y seriedad diplomática, de altura y respeto a la soberanía de Venezuela«, destacó el dictador.
Maduro agradeció a Giordano por acercar los vínculos entre el régimen la Iglesia católica, y dijo que espera que «muy pronto, quizás en el año 2022, tengamos el honor de recibir una visita de nuestro amigo Pietro Parolin«.