Por primera vez en su historia Río de Janeiro no tendrá su carnaval, que comenzaría este viernes, y las consecuencias económicas de su cancelación para evitar una mayor propagación del covid se predicen con pérdidas estimadas por los comerciantes en 2.700 millones de reales (509 millones de dólares), cifra nunca antes vista en la postal de Brasil.
Se han visto afectados desde los ambulantes hasta los hoteleros, que han visto reducida su ocupación en más de un 50 %.
También han sentido el azote los profesionales invisibles que año tras año dan brillo al carnaval. Artesanos, diseñadores, carpinteros, soldadores, costureros y mecánicos.
A ellos se suman infinidad de músicos y bailarines, así como comerciantes que importaban adornos, disfraces e implementos para el carnaval. Toda la cadena de productos, comercio y servicios ha sentido el golpe. Los más azotados han sido los pequeños negocios y los trabajadores temporales, en su mayoría personas de escasos recursos cuyo sustento depende del carnaval.
El economista de la Confederación Nacional del Comercio Fabio Bentes, explicó que solo en el sector turismo más de 25.000 personas que antes ayudaban a atender las demandas de la principal fiesta carioca dejaron de ser contratadas temporalmente en hoteles, bares y restaurantes de Río.
Río de Janeiro responde por más del 30 % de los ingresos de todo Brasil por turismo recreativo, y el carnaval, por contar con la fiesta más atractiva y famosa, es la que más dividendos deja para la capital fluminense.
EFE