Organizaciones proinmigrantes de Florida en Estados Unidos se unen este jueves a la protesta nacional «Un día sin migrantes» con un paro laboral y una marcha para resaltar las «consecuencias destructivas» de las políticas del gobernador del estado y candidato a las primarias republicanas Ron DeSantis.
La protesta, que las organizaciones Unidos Immokalee y Florida Immigrant Coalitions han definido como «pacífica«, se desarrolla esta tarde en Immokalee, una comunidad agrícola ubicada en el condado de Collier, en el suroeste del estado.
La acción se opone «claramente» a la legislación SB 1718, promulgada recientemente por DeSantis, y que al entrar en vigor el próximo 1 de julio afectará a sectores como la agricultura, la construcción y el turismo, dijo a EFE María Cárdenas, una de las organizadoras de la marcha.
«Hemos recomendado a la comunidad que se solidarice con la gente inmigrante, que no vaya a trabajar para que la comunidad local vea el impacto laboral y también económico. Sabemos que ya han cerrado negocios», aseguró Cárdenas, quien es trabajadora social en Immokalee.
La activista espera que unas 3.000 personas se unan a la marcha.
DeSantis, que va segundo en las encuestas pero muy por detrás de su antiguo padrino político, el expresidente Donald Trump (2017-2021), ha dejado claro en sus primeras entrevistas como candidato que va a hacer de la inmigración el caballo de batalla de su campaña.
Familias de trabajadores indocumentados están abandonando el estado en busca de lugares más «amigables»; en el campo se «pudren las cosechas» sin recoger y hay escasez de mano de obra en el comercio y la construcción, según han podido constatar las organizaciones proinmigrantes.
La nueva ley no solo castiga a las empresas que den trabajo a indocumentados con fuertes multas, sino a los familiares u otras personas que los ayuden, no reconoce las licencias para manejar vehículos emitidas por estados más benevolentes con esos inmigrantes y obliga a los centros médicos a preguntar por el estatus migratorio de un paciente para que quede registrado.
De acuerdo con un comunicado, la marcha de hoy en Immokalee forma parte de la protesta nacional «Un día sin inmigrantes», que se convoca para demostrar la importancia de la inmigración.
«Sabemos que esta acción es a nivel nacional. Nosotros, localmente, tenemos una comunidad mixta de estatus. Entonces, aunque posiblemente el dueño (de un negocio) no sea inmigrante, su padre o madre posiblemente sí lo sea», comentó Cárdenas.
La marcha, detalla un comunicado, se realiza «en solidaridad con los 4,5 millones de inmigrantes que viven en Florida, con los 2,7 millones de floridanos nacidos en Estados Unidos que tienen al menos un padre o madre inmigrante, y en solidaridad con todos los miembros de nuestra comunidad cuyas vidas se ven afectadas, por la agenda destructiva de DeSantis».
Para Cárdenas, estadounidense de origen mexicano, la nueva ley impulsada por DeSantis ya «hace sufrir mucho» a la comunidad de inmigrantes.
«Hace que muchas veces ni siquiera busquen el apoyo de la policía. Esto crea miedo, crea angustia, ansiedad, problemas de salud mental», resaltó.
Según la activista, varios trabajadores inmigrantes en su zona «se han marchado, se han despedido de mí porque no quieren esperar a lo que puede suceder».
Esta es la segunda marcha que se realiza en Florida para protestar por la ley migratoria SB 1718 antes de que se haga efectiva.
El pasado sábado tuvo lugar la «marcha de la unidad», convocada en Homestead, una localidad a unas 39 millas (60 km) al sur de Miami y dedicada principalmente a la agricultura. EFE