La primera caravana de 2023, que partió desde Tapachula con unos 1.000 migrantes, retomó su paso en el municipio de Huixtla, en Chiapas, sur de México, luego de haberse detenido debido a la inseguridad, aunque lo hicieron sin la vigilancia de las autoridades.
Los indocumentados retomaron el camino con destino a Escuintla, ubicado a unos 100 kilómetros de Tapachula, capital del estado.
Víctor Hernández es un venezolano que ha emprendido el camino con esta multitud de personas. Él era locutor en Venezuela y realizaba otras actividades, pero debido a las condiciones en su país se quedó sin dinero y, por eso, camina con este grupo de personas ya que no cuenta con recursos para poder viajar en transporte público.
“Salimos de nuestro país, con mis 4 hijos y mi esposa, porque el país está caótico y por la inseguridad”, explicó a EFE.
Denis, un indocumentado de nacionalidad ecuatoriana, ha caminado más de 50 kilómetros en su segundo día de la caravana. Él viaja con su esposa, su hija y un grupo de 9 personas, quienes ya se muestran débiles por la falta de comida, de agua y el calor que se ha presentado durante esta travesía rumbo a Estados Unidos.
Denis, quien se dedicaba al comercio en Ecuador, explicó que uno de los principales puntos por lo que abandonó su país de origen fue por la mala economía y los problemas políticos, lo que ha generado que miles de ecuatorianos dejen sus hogares y migren hacia Estados Unidos.
La caravana surge región vive un flujo migratorio récord, con 2,76 millones de personas indocumentadas detenidas en la frontera de EE.UU. con México en el año fiscal 2022.
Las autoridades de México y Estados Unidos deportaron a más de 196.300 ciudadanos centroamericanos en 2022, entre ellos más de 35.000 niños y adolescentes, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
EFE