El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció que desde hace cinco meses la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, tiene problemas con las tuberías de agua negras.
Según explicaron, las cloacas se desbordaron y los baños tuvieron que ser clausurados, por lo que 42 privados de libertad recluidos en dos celdas tienen que defecar en bolsas plásticas.
El OVP destacó que estas celdas tienen una capacidad máxima de hasta seis personas, por lo que el hacinamiento al que sobreviven estas personas es crítico.
Familiares le relataron al OVP que los presos usan las sábanas colgadas de los barrotes para crear una especie de hamacas, otros duermen en el piso y además deben soportar el hedor de las cloacas en un espacio que ni siquiera tiene ventilación.
«Desde hace cinco meses que se han visto afectados con el colapso de las cloacas. Hay brotes de escabiosis, diarrea y gripe que tampoco sabemos si se trata de COVID porque no son atendidos por un médico. Si alguno se enferma, lo automedicamos, le pasamos pastillas para paliar los síntomas pero nunca reciben atención médica”, denunciaron.