El 82% de la población del país está expuesta a agua contaminada, reveló el análisis de un panel de expertas del Observatorio Social Humanitario (OSH) tras examinar el último informe de la plataforma HUM Venezuela revela el recrudecimiento de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC).
El acceso al agua potable es uno de esos servicios que, a pesar de ser un derecho humano, hoy resulta ser un privilegio para los venezolanos, y es que según el informe, para marzo de 2022, el 90% de la población estaba afectada por deficiencias de acceso al agua. Al menos 19,1 millones de personas reportaban interrupciones severas en el suministro del servicio o carecían de conexión al sistema de acueductos.
María Eugenia Gil, de la Fundación Agua Clara, señaló que el problema del suministro del agua se debe a múltiples factores, pero que uno de ellos es la infraestructura, que “es muy vieja y no funciona”. La experta explicó que esta crisis data de muchos años “la emergencia no fue de un día para otro, sino que destruyó lo que se construyó y no permitió ir construyendo instalaciones nuevas”.
Agregó que la infraestructura instalada dejó de recibir mantenimiento y no se hizo la repusieron las tuberías o equipos necesarios para garantizar la operatividad. El informe a su vez señala que para marzo 2022, la red de acueductos presentaba una reducción del 60% en la cantidad de agua distribuida.
Gil denunció que «el 82% de la población del país está expuesta a agua contaminada, porque las plantas de tratamiento no están haciendo su trabajo». El informe también señala que esa realidad afecta principalmente a los estados Amazonas (98,9%), Monagas (98,4%) y Bolívar (87%).
Los problemas de acceso al agua han sido producto de políticas de privación del derecho al agua y saneamiento, en las que ha influido la corrupción. De los 76 embalses destinados para la recolección de agua cruda, 90% se encontraba con importantes niveles de inoperatividad, principalmente por contaminación.
La emergencia humanitaria compleja es omnipresente, abarca todos los aspectos de la vida de los venezolanos
Para Herrera, el informe de HUM Venezuela viene a explicarle al mundo que no hay una mejora sustancial y que, por el contrario, “cuando se experimenta un avance económico sólido sin que existan avances sociales es difícil que se obtenga algún tipo de normalización de la situación”.
Por su parte, Gil indicó que la emergencia humanitaria compleja ha dejado “demasiada vulnerabilidad a su paso, no existe forma de tapar eso, no hay forma de justificar la instalación del plan de respuesta humanitario de tal capacidad en un país que se está arreglando”.
18 millones de venezolanos agotaron sus ahorros
Las panelistas reflexionaron sobre los datos documentados, que evidencian la masiva privación de derechos humanos traducidos en pobreza, hambre, violencia, colapso de servicios básicos, ausentismo y abandono escolar, mala salud, muertes evitables y el mayor flujo migratorio del mundo.
Marianella Herrera, de la Fundación Bengoa, dimensionó el alcance de la crisis, asegurando que “18,7 millones de personas perdieron o agotaron sus medios de vida (bienes o ahorros) de forma definitiva, mientras que, más de 15 millones dependen de las remesas, los bonos o cualquier tipo de ayuda de terceros, esto, como consecuencia de haber perdido toda o la mayor parte de sus fuentes de ingreso, bien sea por trabajo o por algún negocio».
Acceso a los alimentos
La situación alimentaria no tiene un mejor panorama, pues las vulnerabilidades económicas dificultan el acceso a los alimentos. Herrera informó que «más de 12 millones de venezolanos se encuentra en inseguridad alimentaria y en este grupo 2,1 millones en inseguridad alimentaria severa”. Lo que se traduce en que unos “4.3 millones de personas se han privado de alimentos, pasando incluso días enteros sin comer”.
Para Herrera, las políticas públicas destinadas a atender esta crisis son inexistentes, y el plan implementado por el régimen para esto, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), se distribuye con frecuencia irregular y por lo general no abarca el requerimiento mínimo necesario.
“El Clap no está respondiendo a las necesidades de los venezolanos. Cuando ves una bolsa que solo trae arroz y pasta vemos como una desviación solo hacia los carbohidratos ¿Qué hacen las familias que tienen algún miembro que sea diabético, por ejemplo? Cuestionó.