Mientras se profundiza el debate entre la sociedad democrática frente a la viabilidad de participar o no en los futuros comicios regionales, el sociólogo Héctor Briceño sostiene que “los partidos políticos están obligados a rescatar las elecciones como mecanismo de lucha para la reconquista de la democracia”.
“Restablecer la vía electoral como mecanismo de lucha por el cambio político genera bases sociales sólidas y profundas para la posterior construcción de un sistema democrático más sólido”, expone Briceño en un artículo publicado en la revista Democratización, editada por el Instituto de Estudios Políticos Forma.
El investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV) enfatiza que “la relación entre partidos y sociedad se fortalece a través de los procesos electorales”, debido a que en el marco de las votaciones “los partidos se acercan más a los ciudadanos para dialogar, para escucharlos y hacerles llegar sus propuestas”, al tiempo que “construyen mensajes para resaltar las capacidades tanto de sus programas y proyectos, como de sus líderes”.
Briceño observa que los procesos electorales también ofrecen a los partidos democráticos la oportunidad de dirigir mensajes a sus adversarios, “intentando convencerlos o en su defecto, la posibilidad de coexistir, promoviendo redes de cooperación y estimulando la solidaridad social”.
“En ausencia de elecciones, al contrario, la desconfianza y la desesperanza crecen. Los partidos se alejan y la sociedad se vuelca a la búsqueda de nuevos actores idóneos para representarlos en otros espacios políticos”, advierte el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Rostock, Alemania.
Abrirse a la sociedad
El profesor recuerda que el triunfo de la oposición en las parlamentarias de 2015 marcó un hito en la lucha política, que trajo como consecuencia la decisión del régimen de Nicolás Maduro de “socavar aún más las condiciones políticas y electorales, modificando drástica e inconstitucionalmente las reglas electorales, ilegalizando a los principales partidos opositores, persiguiendo, encarcelando e incluso torturando a líderes de partidos”.
Briceño destaca que a causa del deterioro de las condiciones políticas, “electores y partidos perdieron progresivamente la confianza en el voto como mecanismo de cambio político”, lo que ha llevado a las fuerzas opositoras a no participar en los procesos.
“Esta posición, sin embargo, tuvo como principal consecuencia la ruptura de su vínculo tradicional entre sociedad y partidos, generando un nuevo problema: en ausencia de elecciones competitivas, ¿cómo se vincularían partidos y sociedad? Y más importante aún, ¿cuáles son las funciones de los partidos políticos en un sistema político no democrático? y ¿qué deben hacer los partidos políticos?”, describe el experto.
Ante este escenario tan complejo, el analista explica que “los partidos están obligados a reconectarse con las demandas de la amplia y diversa sociedad venezolana (…) desde una perspectiva democrática amplia que rescate el valor de una sociedad plural, igual en derechos, pero diversa en identidades”.
“Los partidos también están obligados a hacer efectiva la representación política, canalizando y transformando las demandas sociales en propuestas concretas de políticas públicas y proyectos de leyes que estimulen en la opinión pública y en la ciudadanía en general, un debate en torno a políticas públicas concretas atadas siempre al proyecto político democrático”, argumenta Briceño en su ensayo publicado en la revista Democratización del Instituto de Estudios Políticos Forma.