El exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), Manuel Cristopher Figuera, fue uno de los testigos clave que ofreció su testimonio para el más reciente informe de laa Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU que identificó las cadenas de mando responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Nicolás Maduro.
La Misión entrevistó al general Cristopher Figuera, quien fue subdirector de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) desde 2014 hasta el 26 de octubre de 2018 y posteriormente pasó a dirigir el SEBIN hasta el 30 de abril de 2019, cuando rompió con el régimen chavista como parte de la Operación Libertad liderada por Juan Guaidó.
«La Misión es consciente de que el General Figuera reconoció su participación en actos contra el Gobierno. Sin embargo, en el presente informe se utiliza la información que él proporcionó dado el estándar de prueba aplicable. La Misión procede de esta manera en razón de que las declaraciones del Sr. Figuera están corroboradas por otras fuentes de información y la información que él ha aportado es, a primera vista, internamente coherente y plausible«, destacó la Misión en su informe.
En su testimonio, Cristopher Figuera detalló la responsabilidad de altos dirigentes del régimen, como Maduro, Delcy Rodríguez y Diosdado Cabello en las operaciones de los organismos de inteligencia.
Según Cristopher Figuera, el propio Maduro decidía quiénes serían torturados, quiénes permanecerían detenidos y quiénes serían liberados.
El general exiliado en Miami declaró a la Misión que durante su mandato mantuvo una comunicación constante con la Vicepresidencia «prácticamente todos los días». Esta comunicación incluía informes sobre escuchas telefónicas y vigilancia de políticos, entre otros. Sin embargo, aclaró que el papel de Delcy Rodríguez era principalmente administrativo y que las órdenes al SEBIN venían directamente del propio Maduro. Las órdenes eran verbales, nunca por escrito.
También, Cristopher Figuera denunció la intromisión de Diosdado Cabello en las operaciones de los servicios de inteligencia, ordenando a qué personas detener, liberar y/o torturar, pasando por encima de la Vicepresidencia.
«Cristopher Figuera, le refirió a la Misión que Diosdado Cabello comenzó a pedirle información de inteligencia, lo que llevó a Figuera a preguntarle al Presidente Maduro ‘¿Quién es mi jefe?’; Maduro respondió que era él, pero le dijo a Figuera que ‘tratara de mantener buenas relaciones con Diosdado Cabello'», documenta el informe.
Funcionamiento de la DGCIM y el SEBIN
Manuel Cristopher Figuera también ofreció testimonios en primera persona sobre el funcionamiento interno de la DGCIM y el SEBIN.
Relató que en una ocasión, cuando era subdirector de la DGCIM, fue testigo de cómo el director del organismo, Iván Rafael Hernández Dala, interrogaba personalmente a un alto oficial de la Fuerza Armada preso por ser sospechoso de supuesta conspiración.
También contó a la Misión que, en una ocasión, Hernández Dala le impidió que los presos de Boleíta salieran al exterior para respirar aire fresco.
Asimismo, pudo ofrecer detalles sobre la responsabilidad de Carlos Alberto Calderón Chirinos, director de la Dirección de Investigaciones Estratégicas del SEBIN y director de El Helicoide, en los abusos en contra de los prisioneros.
Según explicó, Calderón Chirinos «era una de las personas con más denuncias en su contra en El Helicoide». Detalló que en 2018, poco después de asumir el cargo, la madre de un detenido le confió que estaba vendiendo todos sus bienes para cobrar la suma de 30 mil dólares, que había sido solicitada como condición para ejecutar la orden de libertad de su hijo. Figuera indicó que inmediatamente dio instrucciones a Calderón Chirinos para que liberara al detenido.
Es que la extorsión es una de las formas que usan los funcionarios del SEBIN y la DGCIM para sacar beneficio económico de la situación de los presos políticos. Figuera también explicó que los funcionarios del SEBIN son recompensados «haciendo allanamientos y repartiendo los bienes» que roban en el procedimiento.
Ya para su primer informe, en 2020, la Misión había entrevistado a Cristopher Figuera, quien en esa oportunidad dijo que al asumir su cargo en el SEBIN en octubre de 2018 encontró una política y una «conducta organizacional» de tortura, que comenzaban como malos tratos, como negar comida o agua, y luego se volvían más severos, dependiendo de la reacción de la víctima y/o de la actitud de los funcionarios involucrados.
Cristopher Figuera también ha confirmado a la Misión de la ONU que a la hora de seleccionar los perfiles de objetivos de los organismos de inteligencia, se incluían a personas vinculadas a los objetivos principales, como colegas y familiares, especialmente en los casos de miembros de alto nivel de la oposición política.