La vista de un enorme petrolero que ha tomado agua y se inclina hacia un costado en un tramo remoto de la costa de Venezuela ha provocado llamados internacionales a la acción.
Después de años de negligencia, el FSO Nabarima, un casco oxidado lleno de crudo espeso, se encuentra en un peligroso estado de deterioro. Si bien se desconoce el alcance total del daño, si no se repara pronto, podría hundirse y provocar un desastre ambiental, contaminando los mares turquesas a lo largo de la vasta costa de Venezuela y varias naciones vecinas del Caribe, dicen críticos del gobierno y expertos marítimos.
Además de las preocupaciones, el gobierno socialista de Venezuela no ha dicho nada públicamente sobre sus planes para el contenedor.
AP