Reino Unido se convirtió el miércoles en el primer país del mundo en aprobar la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, con la esperanza de que tan rápida iniciativa ayude a contener la ola de contagios invernal provocada por una nueva variante altamente contagiosa del virus.
El Gobierno de Boris Johnson, que ya ha encargado 100 millones de dosis de la vacuna, dijo que había aceptado una recomendación de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) de conceder la autorización de emergencia.
La decisión supone un espaldarazo para una vacuna que se considera esencial para las inmunizaciones en masa en el mundo en desarrollo, así como en Reino Unido, aunque no elimina las dudas sobre los datos de los ensayos que hacen poco probable que su aprobación sea igual de rápida en la Unión Europea o en Estados Unidos.
“El NHS (Servicio Nacional de Salud) podrá administrar estas inyecciones en los brazos de la gente a la velocidad en que se puedan fabricar”, dijo el secretario de Salud Matt Hancock a Sky News.
“Ahora también, con la aprobación esta mañana, estoy muy confiado en que podemos vacunar a suficientes personas vulnerables para la primavera como para poder ver nuestra ruta de salida de esta pandemia”.
Johnson calificó la aprobación de “triunfo para la ciencia británica”.
Hancock dijo que cientos de miles de dosis estarían disponibles la semana que viene para su administración en Reino Unido, que ya tiene en marcha la campaña de la vacuna desarrollada por la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socia alemana BioNTech.
Los ensayos han mostrado que la vacuna de Oxford es menos eficaz que la de Pfizer/BioNTech, pero, lo que es crucial para los países con infraestructuras sanitarias más básicas, puede almacenarse y transportarse en congeladores normales, en lugar de tener que preservarse en frío extremo a temperaturas de -70 grados centígrados (-94 Fahrenheit).