Unicef, la agencia de Naciones Unidas dedicada a la protección de la infancia, teme que miles de niños puedan haber muerto en los terremotos ocurridos en el sur de Turquía y norte de Siria, dijo un portavoz del organismo.
Hasta el momento, el mayor número de víctimas se registra en Turquía, pero la fuerte vulnerabilidad de la población afectada en Siria -como consecuencia de doce años de una guerra civil- preocupa particularmente a Unicef.
En Siria se han reportado 1.552 personas y otras 3.549 han resultado heridos.
«Ya había una situación de emergencia en el noroeste de Siria. Las comunidades allí están luchando contra un brote de cólera y sufren fuertes lluvias y nevadas. En este contexto, y con más de una década de conflicto, este terremoto es imposible de soportar», dijo en Ginebra el portavoz James Elder.
Por esta razón, el organismo centrará sus primeros esfuerzos en aportar agua potable y servicios de saneamiento a las comunidades damnificadas en Siria, lo que ayudará a prevenir la aparición de enfermedades.
Asimismo, trabajará de inmediato en identificar a los niños que se encuentren solos para reunirlos con sus familias o garantizarles protección.
Este semana, todos los colegios en las áreas afectadas de Turquía y Siria han sido cerrados, pero Unicef colaborará para que los niños puedan retornar a clases tan pronto como sea seguro hacerlo, lo que les ayudará «a recobrar cierto sentido de normalidad en medio del caos». EFE