El papa Francisco se refirió este jueves al envío de armas a Ucrania por parte de otros países como una decisión «moralmente aceptada», explicando que esto se debe de acuerdo a las condiciones que puedan ocurrir en el momento.
Durante una rueda de prensa a bordo del avión papal de regreso de su visita de tres días a Kazajistán, el pontífice detalló que «es una decisión política que puede ser moralmente aceptable, pero según la intención. Si se hace para vender más armas, provocar una guerra, o descartar las armas que ya están viejas, no es correcta».
Para Francisco «la intención es fundamental» cuando se envían armas para la defensa, porque «defenderse es lícito». «El derecho a la defensa sí, pero sólo usado cuando es necesario», aclaró.
Mientras que agregó que «fabricar armas es un negocio asesino» y que alguien le explicó que «si se dejasen de vender armas, se resolvería el hambre del mundo, o se daría educación a todos»,
El papa lamentó también que en este momento se respire «aire» de guerra y que parece que «si no hay guerra no respiramos».
«Siempre es difícil entender el diálogo con los Estados que han comenzado la guerra. Es difícil, pero no tenemos que descartarlo, tenemos que dar la oportunidad de diálogo a todos, porque siempre existe la posibilidad de que se puedan cambiar las cosas«, dijo Francisco, que evitó referirse específicamente a Rusia.
El pontífice argentino consideró que el diálogo es necesario porque con él «se obtiene otro punto de vista». «Yo no excluyó el diálogo con naciones en guerra, aunque sean el agresor», agregó.
«Se tiene que hacer, aunque sea algo que huela mal, pero se tiene que hacer porque, si no, cerramos el único diálogo para la paz», explicó.
Luego, «en el caso de que no acepten el diálogo, pues es una pena pero por los menos hay que ofrecerlo», señaló.