Este domingo Rusia volvió a hostigar con drones de fabricación iraní Shahed las instalaciones portuarias de la sureña región de Odesa, mientras los ucranianos se preparan para forzar la segunda línea de la defensa rusa en la también sureña región de Zaporiyia tras superar la primera.
«Se lanzaron un total de 25 drones Shahed-136/131 para atacar la zona meridional de Odesa. 22 de ellos fueron destruidos», informó en Telegram la Fuerza Aérea ucraniana.
Serhí Bratchuk, portavoz de la administración militar de Odesa, señaló que uno de los ataques causó daños en una infraestructura portuaria, donde provocó un incendio que los bomberos lograron extinguir rápidamente, e hirió a dos civiles.
El gobernador de la región, Oleg Kiper, confirmó los ataques, al señalar que «los terroristas rusos atacaron infraestructuras civiles en el sur de Odesa durante tres horas y media».
Agregó que los dos civiles heridos son empleados del puerto que fue atacado y se encuentran hospitalizados.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso aseveró haber lanzado un ataque masivo de drones «contra almacenes de combustible en el puerto de Reni de la región de Odesa, usados para abastecer el equipamiento bélico del Ejército ucraniano».
Según el portavoz del departamento castrense ruso, Ígor Konashénkov, «todos los objetivos fueron destruidos».
Perspectivas del acuerdo de grano
Se trata del tercer ataque ruso contra esta infraestructura portuaria en el Danubio, junto a Rumanía, desde que Rusia abandonara la iniciativa del mar Negro para la exportación del grano ucraniano el pasado 17 de julio.
El bombardeo del puerto de Reni tiene lugar en vísperas de la reunión entre los presidentes de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y Rusia, Vladímir Putin, en el balneario ruso de Sochi, donde hablarán sobre la guerra en Ucrania y la reanudación del acuerdo de grano.
Según la agencia turca Anadolu, la ONU, con mediación de Turquía, tiene previsto presentar nuevas propuestas para restaurar este acuerdo, abandonado por Rusia debido al incumplimiento del paquete ruso de esta iniciativa por parte de Occidente.
Entre las propuestas estarían la conexión de la filial del banco ruso Rosseljozbank al sistema SWIFT y el desbloque de los activos congelados de las empresas rusa que producen fertilizantes en Europa.
Moscú no oculta su desconfianza respecto a estas propuestas: la portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova, comentó recientemente que no se tratan de propuestas nuevas, pero que «no funcionaron».
Ucrania avanza a la segunda línea rusa
Mientras tanto, las fuerzas ucranianas «continuaron las operaciones de contraofensiva en la región occidental de Zaporiyia (sur) y avanzaron», según informó el estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW).
El centro de estudios citó informaciones de blogueros militares rusos que admitieron la retirada del Ejército ruso del sur de Robotine «a posiciones no especificadas más al sur».
El general de brigada ucraniano Oleksandr Tarnavski informó hoy, según la agencia UNIAN, que las fuerzas ucranianas no solo han superado la primera línea de la defensa rusa en el sur del país, sino que se acercan a la segunda.
«Ahora estamos entre la primera y la segunda línea de defensa, estamos eliminando las últimas unidades del enemigo que cubren la retirada de las tropas rusas a la segunda línea», afirmó.
El militar indicó que durante los preparativos rusos para la contraofensiva ucraniana estos dedicaron el 60 % de los esfuerzos a la primera línea y solo 20 % respectivamente a la segunda y tercera, al tiempo que auguró que, a partir de ahora, la contraofensiva avanzará más rápido.
Según Tarnavski, «los rusos no esperaban que los ucranianos superaran la primera línea».
«El enemigo trae reservas no solo de Ucrania, sino también de Rusia. Pero tarde o temprano se les acabarán los mejores soldados. Esto nos estimulará para atacar más y más rápido. Tenemos todo por delante», indicó.
No obstante, reconoció que Ucrania también «pierde a los más fuertes y mejores».
«Por ello, ahora tendremos que concentrarnos en determinadas regiones y luchar hasta las últimas consecuencias. Cuán difícil no sea», concluyó.
EFE