La comisión que estudia la dimensión de la pederastia en la Iglesia católica lusa calcula que hay más de 100 sacerdotes en activo sospechosos de haber abusado de menores en Portugal, que serán notificados a la Fiscalía en las próximas semanas, así como a la Conferencia Episcopal lusa.
El número es «claramente superior a una centena», aseveró el coordinador de la comisión, Pedro Strecht, en una entrevista anoche al canal SIC Notícias, donde explicó que esa cifra es el resultado de sumar las denuncias de víctimas, cruzar testimonios y casos recogidos en los archivos diocesanos (algunos de ellos no comunicados previamente a la comisión).
Según sus datos, este número se mantiene en niveles similares a lo que reflejan estudios de otros países, que recogen del «2 al 4% de la población activa de toda la comunidad religiosa de un país».
La lista con sus nombres, preparada tras un año de investigación, será enviada en las próximas semanas a la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) y a la Fiscalía lusa para que puedan tomar medidas.
«Solo la distancia real en espacio físico funcionará», ya que, «dentro del perfil psicopatológico, hay una obvia tendencia a la perpetuación de los crímenes», recalcó Strecht.
El experto realizó estas afirmaciones horas después que la comisión revelara que en Portugal hay como «mínimo» 4.815 menores que han sido abusados sexualmente por miembros de la Iglesia católica en los últimos 72 años y avisara de que «no es posible cuantificar el total de crímenes».
Durante la entrevista anoche, Strecht, que también es psiquiatra infantil, alegó que no cree que «las jerarquías de la Iglesia católica vuelvan a repetir los errores del pasado» en un momento en el que no se pueden negar los abusos.
«Ya no vale la pena decir que no ocurrió. Ocurrió de una forma intensa y dramática», reiteró Strecht, quien recordó que no se puede ver como «un problema que existió en el pasado».
El informe de la comisión -creada por la CEP e integrada por 6 miembros entre psicólogos, sociólogos, juristas y hasta una cineasta-, muestra que un cuarto de las víctimas sufrieron abusos desde la década de 1990 hasta la actualidad.
Por ello, el equipo de trabajo ha sugerido que se cree un nuevo equipo de expertos permanente para dar seguimiento a las víctimas y servir como «un canal de comunicación», insistió Strecht, quien recalcó también la importancia de que la población adulta se informe sobre este problema para prevenir estos delitos y forme a los más jóvenes sobre los límites de la intimidad.
Los expertos han abogado además por que se alargue la edad límite para que una persona pueda denunciar a la Justicia estos delitos en Portugal, debido al tiempo medio que necesitan las víctimas para contarlo.
Del total de las denuncias recibidas, la comisión ha enviado a la Justicia apenas 25 casos porque en su mayoría ya están prescritos.
EFE