Este jueves se dieron a conocer declaraciones de varios testigos presentes en la embarcación que transportaba a 37 pasajeros, entre ellos 20 niños, y que fue atacada por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago en la que resultó asesinado un bebé venezolano de un año de edad.
Los migrantes afirmaron que la Guardia Costera disparó al menos 20 tiros a la embarcación con migrantes venezolanos el pasado 5 de febrero, según reportó Trinidad Express.
Los tres de los 17 adultos a bordo -Luis Alexis Ramírez Cabral (52); Katiuska Daniela Gutiérrez (22); y Lesbia Margarita Saavedra- relataron lo ocurrido desde que salieron de Tucupita hasta el momento de los disparos por parte de las autoridades de Trinidad y Tobago.
«La embarcación tenía dos motores y uno de los motores tenía graves dificultades y se apagaba constantemente. Al acercarnos a las inmediaciones de Moruga, Trinidad, en el océano, el motor se apagó nuevamente. Mientras avanzábamos lentamente, escuchamos una fuerte voz seguida de dos bengalas: una la dispararon al aire y la otra contra el bote. Poco después, escuchamos fuertes golpes y nos dieron cuenta de que el barco que se acercaba disparando las bengalas estaba disparando contra la embarcación», explicaron.
Aseguraron que «en el barco de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago había aproximadamente seis oficiales. Entretanto, intentamos buscar refugio en el bote después de que dispararan aproximadamente 20 tiros contra nuestra embarcación. Estaban a unos 30 metros de distancia».
Revelaron que «la Guardia Costera sólo cesó el fuego al escuchar a una mujer exclamar y llorar que le habían disparado a su hijo. Se acercaron lentamente al bote y al darse cuenta de lo que había sucedido, que le habían disparado al bebé, llamaron a una segunda embarcación mucho más grande para que nos ayudara».
Recalcaron que «en ningún momento teníamos alguna arma ni disparamos contra la nave de la Guardia Costera. En ningún momento dejamos caer nada de la embarcación».
Señalaron que «cuando llegó el barco más grande de la Guardia Costera, primero sacaron a la madre del niño fallecido en la embarcación, sola y la colocaron en su barco. Luego, los oficiales comenzaron a sacar al resto de los ocupantes de la embarcación y los colocaron en su nave. Mientras tanto, el bebé fallecido permaneció en la embarcación en la que fue asesinado».
Indicaron también que «cuando nos subieron al barco de la Guardia Costera más grande, nos pusieron de rodillas en la cubierta del barco durante un tiempo y luego dijeron que nos sentáramos para llevarnos a tierra. Al llegar a la orilla, fuimos trasladados y colocados en una camioneta. Ya en tierra, nos transportaron a las instalaciones del Helipuerto».
Detallaron que varios niños, mientras estaban en el bote y en las instalaciones del Helipuerto, se enfermaron y comenzaron a vomitar; pero no fueron atendidos por ningún personal de atención médica.