Los periodistas nicaragüenses que han abandonado su país por razones de seguridad o han sido desterrados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se encuentran atrapados entre la desprotección y la incertidumbre, alertó este martes la ONG Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), con sede en Costa Rica.
«Para muchas personas periodistas (nicaragüenses), el exilio dejó de ser un refugio seguro y se convirtió en un espacio atravesado por la precariedad y la desprotección», concluyó en un informe esa ONG, que forma parte de la red regional Voces del Sur.
Según testimonios de comunicadores en el exilio, recopilados por FLED entre julio y septiembre pasado, «la mayoría enfrenta procesos largos e inciertos para resolver sus solicitudes de refugio, lo que limita el acceso a derechos básicos y frustra cualquier posibilidad de construir una vida estable».
«En Costa Rica, país que concentra el mayor número de solicitantes de protección internacional, se registran obstáculos graves para acceder a vivienda, empleo formal, servicios esenciales e incluso trámites bancarios, ya que la falta de una condición migratoria estable les impide abrir cuentas», señaló esa ONG en el informe.
Una periodista denunció que no se le permitió contratar un servicio de telefonía con el carné de solicitante de refugio, y otro comunicador relató que, tras concluir un programa de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) con la Caja Costarricense del Seguro Social, intentó inscribirse como trabajador independiente, pero le negaron el trámite.
«La situación es aún más crítica para quienes enfrentan problemas de salud. Periodistas con enfermedades crónicas, como diabetes, deben ingeniárselas para conseguir sus medicamentos, posponer cirugías urgentes o atravesar crisis sin poder acudir a hospitales por la falta de seguro médico», alertó la FLED en su informe.
Caer en la indigencia en el exilio
La fundación también advirtió que la exclusión laboral está empujando a los afectados al subempleo en oficios ajenos a la comunicación y que «muchos temen caer en la indigencia».
El informe menciona el caso de dos periodistas que actualmente trabajan en supermercados en Costa Rica, mientras otros se han visto obligados a desempeñarse en sectores como hostelería o el cuidado de adultos mayores en terceros países.
«En el exilio, la vida de los periodistas sigue marcada por la inseguridad, el temor y la precariedad, aunque ahora bajo nuevas formas y contextos», sostuvo esa ONG.
Por otro lado, el informe indicó que «frente a la inseguridad transfronteriza» en Costa Rica, periodistas nicaragüenses buscan reubicarse en un tercer país.
«La decisión de solicitar el reasentamiento ha estado motivada tanto por el alto costo de vida en Costa Rica como por la persistente percepción de vigilancia y hostigamiento más allá de las fronteras», explicó la FLED.
En los últimos tres meses, al menos siete periodistas nicaragüenses han sido reasentados en un tercer país, principalmente en España y Canadá.
Entre 2018 y 2023 el régimen de Ortega y Murillo cerraron al menos 54 medios de comunicación, entre ellos cinco que fueron allanados y confiscadas sus propiedades, incluido el diario La Prensa, Confidencial, 100 % Noticias y la Trinchera de la Noticia, según esa ONG.
Además, al menos 293 trabajadores de medios de comunicación nicaragüenses, en su mayoría comunicadores, han abandonado su país por razones de seguridad o han sido desterrados desde abril de 2018.
Con información de EFE