El vicepresidente de Panamá, José Gabriel Carrizo, denunció ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, la crítica situación que viven los migrantes y refugiados que cruzan la peligrosa selva del Darie´n.
«Miles cruzan a diario la selva del Darién en la frontera con Colombia. Una travesía peligrosa y hostil donde arriesgan sus vidas, enferman y mueren», advirtió.
Carrizó explicó que «no se trata sólo de una migración en tránsito» sino que «incluye y también esconde a organizaciones criminales que se dedican al nefasto negocio del tráfico de personas».
Frente a esto, aseguró que su Gobierno ha adoptado «una política de Estado para la atención y ayuda a los migrantes, con un alto sentido de solidaridad y humanidad».
Sin embargo, subrayó que «las posibles soluciones a esta dolorosa y lamentable situación incluyen a los países de origen, en los cuales la pobreza y la marginación social determinan la migración irregular, así como a los que somos receptores de este tránsito, y muy especialmente a los países de destino».