Aunque el impacto de la rotura de la presa de Kajovka, en el sur de Ucrania, está todavía siendo evaluado, es probable que este desastre tenga «consecuencias graves a largo plazo en el terreno humanitario», advirtió hoy Naciones Unidas.
Según un comunicado de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, la destrucción de esta estratégica infraestructura en la región de Jersón puede afectar a «cientos de miles de personas en ambos lados de la línea de frente» e incluso a Crimea, en manos rusas, que recibía agua a través de la presa.
La oficina de Naciones Unidas recordó que según las autoridades ucranianas han quedado inundadas total o parcialmente 40 localidades bajo control de Ucrania en la región de Jersón, miles de personas han perdido su vivienda y otros miles más no tienen acceso a servicios básicos tales como agua potable o alimentos.
La agencia de coordinación de la ONU señaló que unas 16.000 personas han sido evacuadas por Ucrania en autobuses y trenes, en su mayoría a zonas vecinas en Odesa y Mikolaiv, también en el sur del país.
El comunicado añadió que las inundaciones y el agua en movimiento a causa de la rotura de la presa puede desenterrar minas y explosivos en zonas antes declaradas libres de este tipo de armamento, «lo que puede poner aún a más gente en peligro».
La presa se encontraba en el río Dniéper, línea divisoria entre los ejércitos ruso y ucraniano, que se acusan mutuamente de su destrucción.
En total 80 localidades se encuentran en la zona de peligro a lo largo del río Dniéper, ocupado en su orilla izquierda por las tropas rusas y en la derecha por las ucranianas.
El agua del embalse de Kajovka es necesaria para que la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y bajo constante peligro por los enfrentamientos bélicos, reciba electricidad para los condensadores de turbinas y los sistemas de seguridad.
No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) subrayó que por ahora no existe un «riesgo inmediato» para la seguridad de la central. EFE