Ni la feroz oleada de Ómicron puede con la mítica Noche de Fin de Año de Times Square de Nueva York, donde se reunirán “solamente” 15.000 personas vacunadas para dar la bienvenida al 2022, mientras que las infecciones de coronavirus se disparan en la Gran Manzana en las últimas semanas hasta niveles nunca vistos.
La ciudad se niega a renunciar a su fiesta por excelencia, que convierte a Nueva York en el centro de muchas miradas en la última noche de cada año, y que esta vez, además, había sido proclamada como la prueba de que la metrópolis que nunca duerme ha vuelto a ser lo que era antes de la pandemia.
“Una celebración grande y con toda la fuerza está regresando a Nueva York”, afirmó hace mes y medio el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, cuando se anunció el esperado evento.