Este lunes se cumplen cinco días desde que 10 mineros quedaron atrapados en una mina al norte de México, por un derrumbe.
Aunque los rescatistas aún no han podido ingresar, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que mantiene la «fe» de encontrarlos con vida.
«Todos tienen fe, nadie está pensando en otra cosa más que en el rescate, es que tienen mucha fe (las familias y rescatistas). Nos explicaban que, cuando se trabaja en esas minas, los mismos mineros hacen como huecos o refugios«, dijo en su rueda de prensa matutina, reportó la agencia EFE.
El mandatario se defendió, afirmando que su Gobierno «actuó rápido» desde el miércoles pasado a las 13.35 hora local, cuando habitantes del municipio de Sabinas, en el estado de Coahuila, reportaron el colapso de la mina de carbón.
López Obrador explicó que el «problema es que se inundaron los tres pozos» de la mina porque se rompieron las paredes con «otra que estaba abandonada, muy grande, que tiene una acumulación de agua de bastante cantidad».
Por ello, aún resta por sacar agua de un pozo que sigue inundado con un nivel de líquido de 13,80 metros de profundidad en el que se presume que podrían estar los mineros, según el mandatario.
En el lugar hay un despliegue de 557 elementos, incluyendo 357 federales, como 230 de la Secretaría de la Defensa, 2 de la Marina, 32 de la Guardia Nacional, 9 de Protección Civil, y otros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y secretarías de Estado.