León XIV se presentó hoy ante el mundo con todos los elementos de la vestimenta papal que tenía a su disposición en la Sala de las Lágrimas.
Tras su elección como nuevo pontífice, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost aceptó el encargo, comunicó el nombre con el que quiere ser llamado y, según la tradición, pasó a esa sala cercana así llamada porque los recién elegidos pueden aliviar la tensión con el rezo y el llanto.
En esa habitación había tres hábitos largos o sotanas de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del nuevo papa, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, una muceta o esclavina de color morado y una estola púrpura con decoración dorada.
León XIV compareció en el balcón de San Pedro con el habito largo, la sobrepelliz, la muceta y la estola dorada, así como el cordón y la cruz, en una escena que recordaba a la comparecencia de Benedicto XVI en 2005.
Sin embargo, en 2013 Francisco optó por salir solo de blanco y con la cruz, sin esclavina ni estola. EFE