La Reserva Federal (Fed) estadounidense no cedió este miércoles a las presiones constantes del mandatario, Donald Trump, para que baje los tipos y los dejó en su rango actual a la espera de ver cómo evoluciona la situación económica, sobre la que admitió que hay una incertidumbre elevada.
Su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el órgano encargado de determinar la política monetaria de Estados Unidos, indicó al término de su tercera reunión del año que mantiene los tipos en la horquilla del 4,25 al 4,5 %.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló después en su habitual rueda de prensa que aunque es «probable» que los aumentos arancelarios provoquen un incremento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un alza del desempleo si prosiguen, de momento la economía en sí sigue sólida.
«El mercado laboral es sólido y la inflación es baja. Podemos permitirnos ser pacientes mientras la situación evoluciona. Esperar no tiene ningún costo real en este momento. Además, no está claro qué es adecuado hacer», apuntó.
El desencuentro entre Powell y Trump comenzó ya antes de que el republicano iniciara su segundo mandato el pasado 20 de enero, y en este tiempo el presidente no solo le ha recriminado actuar tarde, sino que también ha asegurado saber más que él y ha llegado a amenazarle con el despido, algo que no le permite la ley.
Aunque Trump ha abandonado el amago de echarle porque el mandato de Powell acaba el año que viene, el magnate neoyorquino no ha cesado en su empeño de solicitar nuevos descensos en los tipos, algo que sí ha hecho el Banco Central Europeo (BCE).
«Nosotros vamos a seguir haciendo lo mismo: usar nuestras herramientas para fomentar el máximo empleo y la estabilidad de precios en beneficio del pueblo estadounidense. Consideraremos solo los datos económicos, las perspectivas, el balance de riesgos, y eso es todo. Por lo tanto, no afecta ni a nuestro trabajo ni a nuestra forma de hacerlo», dijo Powell en referencia al presidente.
El PIB de Estados Unidos se contrajo un 0,3 % en el primer trimestre en tasa anualizada y un 0,1 % respecto al trimestre anterior, el primer dato negativo desde 2022, pero el líder del regulador apuntó que aunque la gente está preocupada por el impacto del conflicto arancelario, este todavía no ha llegado.
El desempleo se mantuvo en el 4,2 % en abril en EE.UU., el mismo nivel que en marzo, mientras que los precios descendieron en marzo un 0,1 %, su primera caída mensual desde mayo de 2020, y dejaron ese mes la inflación interanual en el 2,4 %.
«Así que creemos que podemos esperar y actuar cuando esté claro qué es adecuado hacer. (…) Ahora mismo no hay una razón para tomar una decisión y no hay motivo real para hacerlo», añadió Powell.
Como es habitual en los comunicados de la Fed, el organismo se apoyó en su máxima de que «seguirá de cerca las implicaciones de la información entrante» y «estará dispuesto a ajustar la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que puedan obstaculizar el logro de sus objetivos» del máximo empleo y una inflación del 2 %.
Por ello Powell reiteró que no tiene prisa: «Hasta que sepamos más tenemos la capacidad de esperar y ver. Parece ser una decisión bastante clara», apuntó dejando claro que la incertidumbre en torno a la escala y la persistencia de los aranceles es «muy elevada», como también el efecto negativo que esto puede tener.
«Si los grandes aumentos arancelarios anunciados se mantienen, es probable que generan un aumento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un incremento del desempleo», concluyó recalcando que la negociación de acuerdos comerciales que pongan fin a esa situación no es de su competencia. EFE