La llegada del verano amenaza con azuzar la ya grave crisis energética cubana, con apagones medios diarios de casi 20 horas. El panorama es «crítico», según la propia dictadura, y los expertos descartan las soluciones a corto plazo.
El intenso calor se ha sentido este año desde antes de julio y agosto y este sábado, primer día de verano, el país será incapaz de satisfacer casi la mitad de la demanda máxima estimada, lo que significa que un 50 % de la isla quedará en consecuencia a oscuras en ese momento.
Los agobiantes apagones, que empezaron a agravarse en agosto del pasado año, están pasando una considerable factura a la vida económica y social del país.
«No sabemos ni a qué hora viene ni a qué hora la van a quitar», señala a EFE Ana Rosa Rivero, de 57 años, en medio de uno de los tantos apagones que desde hace meses afectan su comunidad rural, en la provincia occidental de Pinar del Río.
La crisis energética se ha ensañado allí, con cortes eléctrico superan ya las 30 horas seguidas y no siguen programación alguna.
“El que trabaja tiene que levantarse de madrugada a cocinar si a esa hora hay luz. Han dicho que están trabajando con los paneles solares, pero me parece que eso tampoco será la solución”, explica esta ama de casa mientras se abanica desesperadamente para espantar los mosquitos.
Apagón «manejable»
El director de la estatal Unión Eléctrica (UNE), Alfredo López, aseguró recientemente que el promedio de cortes eléctricos el pasado mayo ascendió a 18 horas diarias. Reconoció que hay provincias en las que se desconectan simultáneamente hasta el 90 % de los circuitos.
El objetivo gubernamental a corto y medio plazo, indicó, es que «el apagón sea manejable». «Quisiéramos que no hubiera apagón, pero eso no va a ser posible”, reconoció.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O, admitió que a corto plazo no se va a lograr el «cero apagón» y que el programa del régimen aspira a reducirlos tan sólo a largo plazo, con una estrategia que combina las centrales termoeléctricas existentes y una apuesta creciente por el gas y la solar.
Con ayuda del régimen chino, Cuba planea levantar hasta 2031 cerca de cien parques solares por toda la isla con una potencia instalada total de unos 2.000 megavatios. Hasta la fecha se han puesto en marcha 16.
El dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, habló de “situaciones críticas” y una “economía lastrada, disminuida, casi paralizada” por los apagones.
Sin embargo, no se refirió a las pequeñas protestas pacíficas que se han registrado por esta causa en las últimas semanas en distintas localidades del país, como la que tuvo lugar hace apenas un mes no muy lejos de la casa de Rivero.
Problema estructural
El analista del Instituto de Energía de la Universidad de Texas Jorge Piñón, especializado en la situación de la isla, explicó a EFE que para la crisis energética de Cuba «no existe una solución a corto plazo».
«La única solución es la recapitalización total de su matriz energética”, remarcó este experto cubano, quien estima que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) precisa «inversiones de entre 8 y 10 mil millones de dólares estadounidenses”.
«El problema es estructural. Y desafortunadamente no se puede resolver a largo plazo (solamente) con parches. El desafío continuará durante un turbulento verano no sólo por las altas temperaturas y la falta de GLP (gas licuado de petróleo) para la cocción de alimentos, pero también con el riesgo de posibles huracanes”, apuntó.
La apuesta por la energía solar es a su juicio un acierto, pero «sin baterías a escala» (que la dictadura cubana en principio no ha previsto incluir en las instalaciones), Piñón considera que será más «un parche».
Las ocho centrales térmicas (que suman 20 unidades de producción) están obsoletas tras décadas de explotación y un déficit de mantenimientos, por lo que su capacidad gira en torno al 40 % de su potencial, según Piñón.
Estas centrales, prosiguió, son «almendrones», el nombre popular de los antiguos carros estadounidenses que aún circulan por las calles cubanas: «No importa qué tanto -cantidad y calidad- de combustible les suministres, seguirán siendo almendrones».
Piñón destacó además que los grupos electrógenos distribuidos por todo el país también están trabajando a un 40 % de su capacidad por la falta de mantenimiento y de combustible (por la falta de divisas para importarlos).
El académico cubano reconoció en este punto que las sanciones de EE. UU. también «entorpecen» la compra de combustible, un punto que la dictadura cubana destaca como principal causa de la crisis energética.
Para este experto, a largo plazo falta «una estrategia detallada» para reemplazar el aporte de las centrales termoeléctricas , que actualmente suponen cerca de dos tercios de la producción, han superado en su mayoría su vida media y son altamente contaminantes.
Con información de EFE