El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se dieron la mano en Ginebra el miércoles al comienzo de su primera cumbre, con las tensiones en su punto más alto en años.
Los dos mandatarios se dieron la mano después de pararse con su anfitrión, el presidente suizo Guy Parmelin, frente a la villa La Grange con vista al lago de Ginebra, donde se reunirán por hasta cinco horas, con los ataques cibernéticos, la intromisión electoral rusa y las violaciones de los derechos humanos como principales temas en la agenda.
“Siempre es mejor verse cara a cara”, dijo Biden, tras estrechar la mano de Putin. El presidente ruso confió por su parte en que esta reunión, que se prevé tensa debido a los importantes desencuentros entre los dos países, sea “productiva”.
El presidente Putin fue el primero en llegar a las 13.02 hora local (11.02 GMT), directamente desde el aeropuerto internacional de Ginebra.
Biden llegó a Villa La Grange 15 minutos después desde el hotel donde se aloja y escoltado por una impresionante comitiva compuesta por más de 30 vehículos.
Una vez en la mansión, ambos volvieron a salir acompañados del presidente suizo, quien dijo que su país se siente honrado de acoger esta reunión y favorecer así el diálogo y la compresión mutua.
Asimismo, deseó a Putin y a Biden una “reunión fructuosa en el interés de sus respectivos países y del mundo entero”.
Minutos después los presidentes aparecieron ante las cámaras sentados en la gran biblioteca de la Villa La Grange, donde mantendrán al menos la primera parte de su reunión, acompañados de sus ministros de Asuntos Exteriores.
Luego las puertas se cerraron y los presidentes y sus ministros se quedaron a solas, únicamente acompañados por sus intérpretes, para empezar a conversar sobre la extensa agenda que les espera