El gobernador de Idaho en Estados Unidos, Brad Little sancionó este miércoles una nueva ley que penalizará a los adultos que ayuden a menores de edad a abortar u obtener píldoras abortivas.
La legislación hace que sea ilegal asistir a una persona menor de 18 años a obtener un aborto, transportarla hacia un estado donde el procedimiento sea legal o proveerle píldoras abortivas sin el permiso de sus padres o tutores legales, de acuerdo con el texto aprobado por los congresistas estatales la semana pasada.
Las personas que violen esta nueva ley podrán serán acusadas de «tráfico de abortos» y se enfrentan a una pena máxima de cinco años de cárcel, estipula la normativa.
Idaho es el primer estado del país en dar luz verde a una restricción de este tipo, que penaliza los viajes fuera del estado para obtener abortos.
La organización Planned Parenthood, que defiende una atención médica y reproductiva asequible de alta calidad en el país, calificó la reciente ley de «despreciable» y señaló que hará todo lo posible por derogarla.
«Los legisladores de Idaho han pasado desapercibidos y han aprobado las legislaciones anti-aborto más estrictas todo el país», escribió la organización en su cuenta de Twitter.
Decenas de estados en todo el país han pasado leyes que prohíben total o parcialmente la interrupción voluntaria del embarazo desde que el Tribunal Supremo revocara el fallo «Roe contra Wade», que desde 1973 protegía el derecho de la mujer a elegir.
Desde la sentencia, emitida en junio del año pasado, 18 de los 50 estados han prohibido el aborto en EE.UU. o lo han restringido severamente, y en 13 el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones, según datos de Planned Parenthood.
EFE