La controvertida ley de agentes extranjeros georgiana que contempla penas de prisión para aquellos que la infrinjan entró este sábado en vigor pese a las protestas de la oposición.
«Esta ley es muy importante para la defensa de la soberanía y los intereses nacionales de Georgia», dijo Irakli Kobajidze, primer ministro, a la prensa local.
Recordó que «en los últimos cuatro año en Georgia hubo cuatro intentos de organizar revoluciones con financiación extranjera».
«Ante esos intentos, nosotros hemos contrapuesto una legislación sana. Hemos decidido apostar por la transparencia. No hay otra alternativa», añadió.
Kobajidze destacó que, a partir de ahora, «quien quiera financiar una revolución en Georgia, que como mínimo lo haga de forma transparente».
La ley, que es análoga a la normativa estadounidense FARA y entró en vigor 60 días después de su promulgación, sustituye a la de ‘transparencia de la influencia extranjera’, que no incluía penas de cárcel.
El debate de la anterior normativa provocó en abril de 2024 multitudinarias protestas de la oposición, que acusó al Gobierno de emular la política represora del Kremlin.
La ley de ‘transparencia de la influencia extranjera’ fue criticada por la Unión Europea y por la anterior Administración de EE.UU., que incluso suspendieron programas de ayuda a Georgia.
La normativa que comenzó a aplicarse este sábado sanciona a los infractores con multas de entre 5.000 y 10.000 laris (1.785 y 3.570 dólares) o con penas de prisión de seis meses, y de hasta cinco años para lo reincidentes.
Según el presidente del Parlamento, Shalva Papuashvili, en Georgia hay unas 600 ONG que reciben financiación del extranjero, de las cuales 136 se han negado a inscribirse en el Ministerio de Justicia.
«Con la aprobación de esta ley el Gobierno intenta aplastar a la oposición, a las ONG y a la sociedad civil», replicó en su momento la expresidenta georgiana y líder opositora, Salomé Zurabishvili.EFE