En una jornada tranquila, con algunos problemas en la fluidez en los servicios de transporte pero sin incidentes de violencia, comenzaron a cerrar los colegios electorales en Chile y crece la expectativa por el conteo de votos.
Chile vivió un ballotage inédito para elegir a su próximo presidente. Por primera vez se disputan el poder dos candidatos pertenecientes a agrupaciones relativamente nuevas en el escenario nacional, por fuera de las coaliciones hegemónicas desde el regreso de la democracia hace tres décadas. Por un lado, el candidato de la derecha José Antonio Kast, fundador y expresidente del Partido Republicano y apoyado por el Frente Social Cristiano. Del otro, Gabriel Boric, líder de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad y diputado de su natal Magallanes, en el extremo sur del país.
Ambos registraron una estrecha diferencia, de un 2%, en la elección del pasado 21 de noviembre, por lo que se prevé que el ballotage sea muy ajustado.
De hecho, el candidato conservador ya adelantó que, si la diferencia es inferior a los 50.000 votos, los comicios presidenciales se podrían “resolver en los tribunales electorales”. “Es una elección estrecha, tenemos que esperar el resultado. Un resultado es el que emite el Servel (Servicio Electoral), pero si ese resultado es muy estrecho, claramente los apoderados de mesa tienen un rol y esto podría llegar a resolverse en tribunales electorales”, indicó el líder del Partido Republicano tras votar en el sur de Santiago.
Boric, cuya coalición irrumpió en 2017 como una izquierda renovada hizo hincapié en que va a respetar los resultados “sin instalar mantos de humo”. “Quien gane y quien pierda debe entender que la democracia es más importante que yo o que Kast. Si nos toca perder lo vamos a reconocer”, dijo.
Vía Infobae