“Me ha entristecido mucho lo que ha sucedido en los pasados días en la cárcel de Guayaquil, en Ecuador“, comentó el papa Francisco tras su tradicional oración dominical del Ángelus, en la plaza de San Pedro.
AFP
En este terrible hecho al menos 118 personas murieron -seis de ellas, decapitadas- y 86 resultaron heridas en los enfrentamientos registrados desde el martes, en lo que se conoce como la peor masacre de la historia carcelaria de América Latina.
“Que Dios nos ayude a sanar las llagas del crimen que esclaviza a los más pobres. Y ayude a cuantos trabajan cada día para hacer más humana la vida en las cárceles”, concluyó.
Cabe destacar que entre el martes y el jueves se produjeron violentos enfrentamientos en la prisión de Guayaquil, entre grupos criminales vinculados al narcotráfico.
Para reducir el hacinamiento, el gobierno ecuatoriano planea construir más infraestructura penitenciaria, otorgar indulto para unos 2.000 reclusos de más de 65 años y con enfermedades o discapacidades y repatriar a extranjeros con condena para que la completen en sus países de origen.
Un 10% del total de la población carcelaria es extranjera, en su mayoría colombianos y venezolanos.