El papa Francisco conmemoró este lunes de Pascua el 25 aniversario de los acuerdos de paz que pusieron fin al conflicto armado en Irlanda del Norte y deseó que esa voluntad se extienda a otras partes del mundo.
«Hoy se cumple el vigésimo quinto aniversario del llamado ‘Acuerdo de Viernes Santo o de Belfast’, que puso fin a la violencia que había perturbado a Irlanda del Norte durante décadas. Con espíritu agradecido, ruego al Dios de la paz que lo que se consiguió en aquel histórico paso se consolide en beneficio de todos los hombres y mujeres de la isla de Irlanda», recordó el pontífice desde la plaza San Pedro del Vaticano.
Después de esas palabras el papa rogó «preservar la invocación del don de la paz para el mundo entero», especialmente «para la querida y atormentada Ucrania».
La petición llegó después de rezar el Regina Caeli ante los fieles congregados en las inmediaciones del Vaticano por el lunes de Pascua, festivo en Italia.
El Regina Caeli sustituye el rezo del Ángelus durante el tiempo pascual, tal y como estableció Benedicto XIV en 1742. Su lectura debe ser en coro y de pie, pudiendo ser cantado.
«Pensemos una vez más en las mujeres del Evangelio: estaba la piedra sellada y, sin embargo, ellas fueron al sepulcro; toda la ciudad había visto a Jesús en la cruz y, no obstante, ellas regresaron para anunciar que vivía», aseveró el papa en su reflexión.
«Cuando se encuentra a Jesús, ningún obstáculo puede impedirnos anunciarlo. En cambio, si nos guardamos solo para nosotros su alegría, tal vez sea porque todavía no lo hemos encontrado de verdad», añadió.
Un día antes, la guerra de Ucrania volvió a centrar el mensaje del papa Francisco por el domingo de resurrección: En su bendición Urbi et Orbi pidió «ayuda al amado pueblo ucraniano», «luz» sobre el pueblo ruso y se mostró «preocupado» por el recrudecimiento de la violencia entre Israel y Palestina
También mencionó a Nicaragua como un lugar en los que los cristianos «celebran la Pascua en circunstancias difíciles» después de que las autoridades prohibieran las procesiones en las calles y detuvieran a feligreses. EFE