El excongresista republicano de Nueva York, George Santos, que fue centro de una tormenta por mentir sobre su vida personal y profesional, fue condenado este viernes a cumplir siete años de prisión, tal y como pidió la Fiscalía federal, tras haberse declarado culpable el año pasado de fraude electrónico y robo de identidad agravado.
Como parte del acuerdo de culpabilidad con la Fiscalía, deberá pagar además 373.749,97 dólares para reembolsar a las víctimas de sus acciones.
Santos, de 35 años, y que estuvo en el Congreso sólo por cerca de un año hasta que fue expulsado el pasado 1 de diciembre, acudió hoy a la corte federal para el Distrito Este de Nueva York para conocer su condena: la Fiscalía pidió siete años y tres meses mientras que su defensa abogó por el mínimo de dos años.
El controvertido exlegislador de origen brasileño, que tejió una amplia red de mentiras, aseguraba que había trabajado en entidades como Citi Group o Goldman Sachs. Igualmente, sostenía que era descendiente de una familia judía que logró escapar del exterminio nazi, hechos que resultaron falsos.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad en agosto pasado para evitar un juicio, Santos, -cuyas mentiras fueron descubiertas por el New York Times- admitió haber robado la identidad de cerca de una docena de seguidores, entre ellos familiares, para sufragar los costos de su campaña para llegar al Congreso, haber engañado a donantes y mentir al Congreso.
Tras la publicación del Times, y cuando los medios comenzaron a indagar, también se descubrió que no había rastro de su paso por la Universidad ni de su supuesto negocio inmobiliario; ni tan siquiera de que la ONG de rescate de animales que decía haber fundado fuese realmente un grupo benéfico.
También se conoció que años atrás había sido acusado de fraude en Brasil, un delito que supuestamente confesó, pero por el que no fue castigado al no poder ser localizado por la Justicia del país, entre otras mentiras.
Una investigación de ética del Congreso descubrió que había gastado fondos de campaña en Botox y ropa de diseñador, cosméticos y OnlyFans, lo que llevó que tanto republicanos como demócratas se unieran para expulsar de la Cámara Baja al primer republicano abiertamente gay en el Congreso .
Tras ser expulsado de la Cámara de Representantes, para generar ingresos, comenzó a hacer mensajes personalizados para diversas ocasiones a través de la aplicación Cameo e inició el podcast ‘Pants on Fire’, una alusión a su tendencia a mentir, señala el New York Times.
En una entrevista con el Times publicada el jueves, dijo estar resignado a enfrentar los 87 meses de prisión que pidió el Departamento de Justicia y dio las gracias a través de su cuenta de X a quienes le han apoyado durante los últimos meses.
EFE