El cardenal birmano Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún, suena como papable desde el continente asiático, del que aún no ha procedido ningún papa, con un perfil cercano a Francisco en temas como el cambio climático, y en quien se ha inspirado para pedir la paz en su país.
En su homilía en Rangún, la ciudad más poblada de Birmania (Myanmar), posterior al fallecimiento del papa el 21 de abril, el cardenal Bo recordó que el mensaje de Francisco es construir la «paz y la reconciliación», en un país asolado por décadas de conflicto, agudizado tras el golpe militar de 2021.
Nacido en la pequeña aldea de Monhla, en la región de Mandalay, el 20 de octubre de 1948, Bo es el primer purpurado en la historia de su país, de mayoría budista y donde apenas hay unos 700.000 católicos, el 1,3 % de la población.
Formado en la congregación de los frailes Salesianos de San Juan Bosco, en 1976 fue ordenado sacerdote en la congregación salesiana de Lashio, en el este de Birmania (Myanmar), en la región del conflictivo estado norteño de Shan, donde ejerció su ministerio hasta 1983.
Conocedor de primera mano del conflicto que asola su país, Bo ha recurrido en ocasiones a las palabras de Francisco para apelar a la paz y criticar el conflicto militar en Birmania, también después del terremoto que sacudió el país el 28 de marzo, dejando más de 3.700 muertos.
«Fue estremecedor ver cómo la naturaleza agravaba el sufrimiento de las personas que vivían en zonas ya puestas a prueba por cuatro años de violencia», publica el medio Vatican News.
Al papa le unía además su compromiso con la lucha contra el cambio climático, que afirma «ha devastado los medios de vida de millones», y afirma haberse inspirado en su trayectoria en el papa Benedicto XVI y en Francisco, con quien compartía su énfasis en la misericordia.
Una de las voces más claras en favor de la libertad religiosa en su país, Bo fue hasta 1990 prefecto apostólico de Lashio, y ese año, cuando fue elevada a diócesis, nombrado el primer obispo de esa sede, donde permaneció seis años, para en 1996 ser trasladado a la diócesis de Pathein y en 2002 nombrado administrador apostólico de Mandalay.
El 15 de mayo de 2003 el papa Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Rangún, y, activo con su compromiso del diálogo entre religiones, fue también presidente de la Conferencia Episcopal de Birmania entre 2000 y 2006.
En 2019 fue nombrado presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, aunque antes, el 14 de febrero de 2015, el papa Francisco lo creó cardenal del título de Sant’Ireneo a Centocelle.
En la curia es miembro de los dicasterios: para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y para la Comunicación.
El salesiano birmano será uno de los cardenales que participen en el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, que comenzará el 7 de mayo en la Capilla Sixtina.
Sobre lo que puede aprender la Iglesia de Asia, Bo, crítico con el Partido Comunista de China, dijo a propósito de la gira de Francisco el pasado septiembre:
«En Asia aprendemos a cooperar, dialogar y respetarnos (…) Creo que caminos de paz y armonía a través del diálogo es lo que Asia puede ofrecer a la Iglesia universal».
EFE