Dinamarca expresó este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU su firme preocupación por el deterioro de la situación política, humanitaria y de derechos humanos en Venezuela, y condenó tanto la represión del régimen de Nicolás Maduro como su decisión de iniciar el proceso para retirar al país de la Corte Penal Internacional (CPI).
La embajadora danesa ante Naciones Unidas, Christina Markus Lassen, expresó la solidaridad de Dinamarca con el pueblo venezolano y denunció la falta de garantías democráticas en las elecciones de 2024.
“No creemos que se respetara la voluntad democrática del pueblo de Venezuela durante las elecciones de 2024, que no fueron transparentes ni cumplieron las normas internacionales de integridad electoral”, afirmó.
La embajadora condenó la “constante represión” del régimen de Maduro contra la oposición, la prensa independiente y los defensores de derechos humanos, y recordó que una reciente verificación de la ONU documentó graves violaciones y crímenes de lesa humanidad cometidos por la Guardia Nacional Bolivariana durante más de una década.
Lassen lamentó la decisión del Parlamento chavista de iniciar el proceso para sacar al país de la Corte Penal Internacional, en momentos en que la CPI investiga presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado venezolano.
“Lamentamos profundamente esta decisión”, dijo, instando a Caracas a restablecer las instituciones democráticas, garantizar la estabilidad política y respetar los derechos humanos.
Preocupación por estabilidad en el Caribe
Lassen advirtió que las tensiones en el Caribe continúan aumentando y pidió a todas las partes actuar con moderación y apego al derecho internacional.
“Dinamarca se suma al Secretario General para expresar su preocupación ante el incremento de las tensiones en el Mar Caribe”, afirmó, recordando que la situación se ha agravado desde la última reunión del Consejo en octubre.
Señaló que Dinamarca toma nota tanto de las comunicaciones enviadas por Venezuela al Consejo como de las declaraciones de Estados Unidos sobre sus operaciones contra el tráfico de drogas en la región.
“El tráfico de estupefacientes sigue siendo una amenaza persistente a la seguridad, la salud y el bienestar de millones de personas”, dijo, subrayando que cualquier acción para combatirlo debe realizarse “de conformidad con el derecho internacional”, incluidos tratados como la Convención de la ONU contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y la Convención sobre el Derecho del Mar.
La diplomática destacó la importancia de reforzar la cooperación internacional, los mecanismos regionales y el control de fronteras para enfrentar al crimen organizado transnacional.
Dinamarca insistió en que el Caribe debe mantenerse como un espacio libre de conflictos, tal como lo han proclamado los países de la CELAC.
“Exhortamos enérgicamente a todas las partes a respetar rigurosamente el derecho internacional, distender las tensiones y ejercer la moderación requerida”, afirmó.
También pidió una mayor interacción con organismos regionales como CARICOM y la OEA para facilitar el diálogo y la desescalada.












