La organización PEN America y el grupo editorial Penguin Random House demandaron al estado de Florida por retirar varios libros de bibliotecas escolares en el condado de Escambia, una medida que, afirman, «restringe ilegalmente el acceso a libros sobre raza, racismo e identidades LGBTQ».
En un comunicado dado a conocer este miércoles, PEN America, una ONG que lucha contra las prohibiciones de libros, indicó que «la eliminación y restricción del acceso por parte de la junta escolar a los libros que tratan sobre la raza, el racismo y las identidades LGBTQ» viola la Primera Enmienda de la constitución.
Asegura también que la medida va «en contra de las recomendaciones del comité de revisión del distrito encargado de evaluar los desafíos de los libros».
«Al ignorar estas recomendaciones, el distrito escolar dejó en claro que sus intereses son censurar ciertas ideas y puntos de vista, no la pedagogía, y que está dispuesto a permitir que una minoría extremista sustituya su agenda política por el juicio de educadores y padres», sostiene PEN America.
Además de esta ONG y de Penguin Random House, el conglomerado editorial de libros comerciales más grande del mundo, la demanda fue interpuesta en un tribunal federal por autores y padres de niños «afectados por las prohibiciones».
Según el comunicado, el distrito escolar de Escambia «ya les quitó los libros y/o les restringió el acceso a los estudiantes».
Los autores involucrados en la demanda, añade, incluyen a la autora e ilustradora de libros infantiles Sarah Brannen, los escritores de ficción para adultos jóvenes David Levithan, George M. Johnson y Ashley Hope Pérez, y el escritor de libros infantiles Kyle Lukoff.
PEN America señaló hoy en Twitter que algunos de los libros eliminados en bibliotecas escolares de Escambia «han estado en los estantes durante años, e incluso décadas».
«En el condado de Escambia, los censores estatales están sacando libros de los estantes en un intento deliberado de suprimir diversas voces. En una nación construida sobre la libertad de expresión, esto no puede sostenerse. La ley exige que el Distrito Escolar (…) vuelva a colocar los libros retirados o restringidos en los estantes de la biblioteca donde pertenecen», dijo Suzanne Nossel, directora ejecutiva de PEN America.
«A los niños en una democracia no se les debe enseñar que los libros son peligrosos. La libertad de lectura está garantizada por la Constitución», añadió Nossel.
Por su parte, Nihar Malaviya, director ejecutivo de Penguin Random House, sostuvo que «la censura, en forma de prohibiciones de libros como las promulgadas por el condado de Escambia, son una amenaza directa para la democracia y nuestros derechos constitucionales».
«Como exmaestra de inglés de una escuela secundaria pública, sé de primera mano cuán importantes son las bibliotecas. Para muchos jóvenes, si un libro no está en la biblioteca de su escuela, es como si no existiera», señaló en el comunicado Ashley Hope Pérez, autora de «Out of Darkness», uno de los libros en la mira del distrito escolar, según PEN America.
La demanda sostiene además que el distrito escolar y la junta escolar están «violando» la Cláusula de Igualdad de Protección de la Constitución, ya que «los libros señalados son desproporcionadamente libros de autores no blancos y/o LGBTQ, y a menudo abordan temas o temas relacionados con la raza o la comunidad LGBTQ».
PEN America ha seguido de cerca «el crecimiento de una campaña de censura educativa a nivel nacional para imponer un control ideológico sobre la libertad de leer, aprender y pensar», precisó la organización. EFE