Costa Rica anunció este miércoles que facilitará el tránsito de la ola migratoria que atraviesa la región, en su mayoría integrada por venezolanos, y prometió que les brindará la atención humanitaria que necesiten estas personas.
«No estamos estimulando que se queden aquí, sino que de acuerdo con los compromisos internacionales vamos a dejarlos pasar y ayudarlos como nos obliga el derecho internacional en temas humanitarios», declaró el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, en la conferencia de prensa semanal posterior al Consejo de Gobierno.
El Gobierno implementará en los próximos días un plan para facilitar autobuses que llevarán a los migrantes desde su ingreso a Costa Rica por la frontera con Panamá, hasta un punto cercano a la frontera con Nicaragua para que continúen su tránsito por el continente.
Datos presentados por el Gobierno costarricense indican que el 80 % de los migrantes que están ingresando desde Panamá son venezolanos.
Además, estás cifras indican que el 90 % de los venezolanos permanecen en Costa Rica entre 24 y 48 horas y luego siguen su camino, pero hay un 10 % que enfrenta problemas económicos, logísticos o de salud que les obliga a quedarse más tiempo.
Muchos de estos venezolanos se observan en diversas comunidades del país tratando de recolectar dinero o recibiendo ayuda humanitaria.
Uno de los puntos donde se observa estos migrantes son las terminales de autobús y sus alrededores, incluida la capital San José, donde reciben atención humanitaria de organizaciones no gubernamentales y ciudadanos en general.
«Estas personas son seres humanos que viven en condición crítica, que buscan llegar a Estados Unidos. Es gente vulnerable. Hay gente que llega herida o enferma», expresó el presidente Chaves.
El Gobierno costarricense cuenta con un albergue cerca de la frontera con Panamá y evalúa la posibilidad de instalar otro en el norte, próximo a la frontera con Nicaragua.
Según el Gobierno, a Costa Rica podrían estar ingresando 2.500 migrantes por día y en el peor de los casos la cifra podría alcanzar las 10.000 si se produce un pico.
«El país enfrenta una crisis internacional de paso de migrantes que rompe récords en todos los países de la región que estamos siendo agobiados», manifestó la directora de Migración, Marlen Luna.
La funcionaria aseguró que el objetivo de Costa Rica es «controlar, asegurar y ordenar» el flujo de migrantes y al mismo tiempo «darles acompañamiento con respeto a sus derechos humanos».
En la última década Costa Rica, y Centroamérica en general, ha experimentado oleadas de migrantes cubanos, haitianos, venezolanos, africanos y asiáticos, entre otros, que cruzan el continente con destino a Estados Unidos. EFE